𝗖𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟯

136 20 13
                                    

¡20 estrellitas y subo el siguiente!

—Tom ¿Crees que los bollos al vapor le gustaron al príncipe? ¿Debería añadirlos al desayuno? Mientras más mejor.

—Cariño, al príncipe le agradó toda la comida que preparaste.—Tranquiliza el frances tomando las manos de su esposa que estaba indecisa en que preprararle al príncipe, levantándose muy temprano con la ayuda de Tom.—No hay nada que no le guste al príncipe que tu prepares. Además, la idea es llenar su estómago, no hacerle subir de peso.

—¿Pero lo viste? Esta muy delgado, necesita ganar más peso, él y nuestra Bridgette. No creo que en el palacio los dejen sin comer.—Sabine habla con indignación.

Tom ríe.—Cariño, ten por seguro que nuestra niña y el principe son bien atendidos como debe ser, no te procupes de más.

Sabine suspira y asiente más calmada. Empieza a preparar lo que mejor le parece para todos pero después de un tiempo el cual sirve lo preparado, se escucha fuertes golpes y quejas por parte del cuarto de la azabache mayor, Sabine y Tom se miran al identificar el desastre que pudo ser provocado, al momento siguiente luego de más golpes sonoros, la francesa sale con el cabello desordenado y la pijama apenas lisa mientras se agarra de la cabeza quejándose del dolor, Felix sale después de ella con sonrojos en sus mejillas pero con una expresión de molestia.

Ambos empiezan a discutir sin tener en cuenta que los padres de Bridgette se encuentran cerca de ellos.

La joven soba su cabeza entre quejas.—Auch, auch. ¡Debiste ayudarme!

—No fue mi culpa que quisieras asustarte. Tú causaste tu propio accidente.—Se defiende Felix destras de ella, al instante Bridgette lo observa enojada con la cara roja.

—¡Tu, tu, tu...! ¡Me estabas abrazando!—Chillo ella.— ¡Ocupaste todo el espacio, estabas muy cerca! ¿Cómo querías que reaccionara? Tonto, ¿Tu si estabas cómodo, verdad? 

El rostro del príncipe se colorea más, y la pena hace que hable entre dientes.—¿Comodo? Lo dice la que se llevo la sabana otra vez por toda noche y babeó mi espalda mientras dormía.—El Agreste señala su espalda mostrando la gran mancha de humedad en su camisa verde, la cara de la francesa no ocupa el color pálido de su piel sino el rojo vivo de su sangre hirviendo de vergüenza e indignación.—¿¡Crees que fuiste el único que pasó una mala noche!? No me dejabas respirar.

La pareja antes de admitir que pasaron por primera vez una noche comoda y cálida ente los brazos del otro y la cercanía de sus cuerpos, preferían sacar todos los defectos del otro después de verse atrapados esa mañana entre los brazos del otro, no podían simplemente aceptarlo.

Sabine y Tom se acercan a la pareja en preocupación, ambos están tan sumidos en ver quien se hundía más en la vergüenza que no se dieron cuentan que estaban siendo vistos por ellos.

—¿Chicos? ¿Todo bien?

La pareja se detiene y miran a los adultos con los ojos abiertos y sus corazones saltando de la sorpresa.

Luego de un lapso de silencio, Bridgette es la primera en tomar una postura relajada, tratando de mejorar su cabello desordenado.—¡Si, claro que si! Estabamos... Hablando sobre lo bien que la pasamos anoche.

Bridgette habló en un manojo de nervios mientras que Felix mira hacia otro lado con el ceño fruncido pero actuando como si no estuviera en conflicto con la azabache.

—¿En serio? ¿Pasaron una buena noche?—Preguntó esta vez Tom con una sonrisa.

Bridgette sin medir su fuerza le da un codazo en la costilla al británico lo más disimuladamente posible lo que provoca que se quede sin aire.

𝗝𝗮𝗿𝗱𝗶́𝗻 𝗱𝗲 𝗿𝗼𝘀𝗮𝘀 |𝗙𝗲𝗹𝗶𝗚𝗲𝘁𝘁𝗲|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora