𝗝𝗮𝗿𝗱𝗶́𝗻 𝗱𝗲 𝗿𝗼𝘀𝗮𝘀 |𝗙𝗲𝗹𝗶𝗚𝗲𝘁𝘁𝗲|

𝗖𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟭𝟲

Marinette ha estado muy ida y todos se han dado cuenta de esto, está más distraída de lo normal pero a diferencia de su usual despiste y su habitual torpeza ahora parece muy concentrada y sumida en sus pensamientos, sus tíos creen que se deba a las pocas interacciones que ha tenido con Adrien desde que regreso como príncipe al palacio pero también sospechan que sea el estrés de sus tareas y proyectos. Las chicas en cambio no tienen idea de lo que sucede con Marinette, aunque sospechen que también se trata de Adrien la verdad es que no es nada parecido a lo que Marinette realmente piensa.

Un extraño presentimiento no deja de rodear su cabeza y hormiguear su pecho, todo empezó desde que vio a la mamá de Adrien reunirse con Lila Rossi.

Se supone que no debería pensar mal, Adrien le ha hablado de su madre, con mucha admiración y amor le ha dicho cosas grandiosas sobre ella, desde que fueron excluidos de la corona su madre antes de sumirse en derrota ha usado su amor por el arte y el ayudar a otros como escape a las injusticias que la persiguieron a ella y a su hijo desde la muerte del antiguo heredero al trono, el dolor de las circunstancias que atravesaron solo los unieron más como madre e hijo y Adrien se contenta de que su madre sea una mujer fuerte y le haya ayudado tras la depresión de perder a su padre.

Marinette siempre la quiso conocer aunque le diera nervios de solo pensarlo, le pareció una mujer admirable pero la manera en la que le toco conocerla solo le ha dejado más cuestiones que aciertos.

Marinette nunca mencionó este suceso, porque es probable que le dijeran ¿Qué tiene de malo?  o, Amelie es conocida como una tutora profesional de yoga para atletas o personas con dolencias y discapacidades, no es nada sospechoso que le de asesoramiento privado a Lila Rossi, después de todo es muy famosa.

Quizás si, pero eso no niega el hecho de que hay un trasfondo más profundo de lo que en verdad es. Marinette no pudo evitarlo pero la curiosidad le ganó, entro al local un tiempo después que que ellas entraran pero la puerta del salón de yoga estaba cerrado con llave así que trató de escuchar atentamente.

Solo pudo escuchar palabras claves y reconocer las emociones negativas en la voz de Lila ¿Qué es lo que no soportaba? ¿A qué se refería Amelie con unas pequeñas vacaciones? Si se supone que Lila no hace mucho regresó de sus competencias para terminar sus estudios, esto solo extrañó mucho más a Marinette sobretodo por la singular voz de la madre de Adrien engatusa a Lila, luego de allí Marinette no supo que pensar.

Esto no la dejó dormir, algo estaba pasando y no sabía si preguntarle a Adrien, de todas maneras ya no contestaba sus mensajes y se trataba de su madre, no creía poder contar con él.

—Marinette ¿Me estas escuchando?

Marinette despierta abruptamente de sus pensamientos y suelta un grito cuando se da cuenta que entre sus manos la tela que estaba uniendo con la máquina de cosió de más.

Marinette se aqueja.—Esto es un desastre...

Alya pregunta.—¿Qué te está pasando, chica? Has estado muy callada y ahora arruinaste tu vestido sin que te dieras cuenta.

Marinette corta el hilo de la maquina y empieza a buscar unas tijeras.—Gracias por recordármelo, eres de mucha ayuda.

—Oye, nos estamos preocupando, estás más despistada de lo normal. Te has caído más de lo que te acostumbras, hoy en la escuela escribiste tu tarea al revés, untaste leche en el piso en vez de tu tazón, hasta permitiste que el señor Dupain te ganara diez rondas en el videojuego que siempre ganas, Marinette ¡Diez rondas!—Exclama.—¡Hasta él ni se lo cree!

—Yo quise que ganará...

—Marinette, todos sabemos lo competitiva que eres cuando se trata de videojuegos, nunca has dejado al señor Dupain ganar, nunca.—Recalcó.—Esto debería preocuparte si tomarás el lugar de Adrien como dijo Bridgette.