Capítulo 11

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Mónica

Ana me había entregado las llaves del departamento que habíamos comprado con Vanesa, yo le había vendido mi parte, así que ahora era solo de ella. Sinceramente no pensé que lo hubiese conservado y mucho menos que conservara prácticamente todo, la sensación de déjà vu se apoderó involuntariamente de mí; al entrar vi la decoración en tonos tierra y la evidencia de fibras naturales que quisimos incluir para darle un aspecto más hogareño, sobre algunos muebles había fotografías nuestras y algunos juguetes de Camarón, en conclusión; parecía que en estas paredes se hubiese congelado el tiempo. También me di cuenta que seguramente Ana había mandado a alguien a limpiar el lugar, porque tenía olor a productos de limpieza. Mientras Maje se instalaba en la cocina para preparar algo de comer, yo me fui a una de las habitaciones de invitados, sin embargo, me fue imposible no pasar por la habitación principal, claramente Vanesa pensó que me quedaría a dormir ahí porque estaba acondicionada para su uso, pero simplemente era demasiado y ahora mismo no podía lidiar con todo eso. Finalmente deje la maleta sobre la cama y comencé a sacar la ropa, no sabía cuánto tiempo tendría que quedarme ahí, así que preferí ponerme cómoda y organizar las cosas que había traído. Había comprado ropa nueva porque no había querido pasar por mi departamento, la policía seguía recolectando evidencia y no quería entrometerme, y la verdad, es que la idea de volver a ese lugar no me entusiasmaba en lo absoluto.

Había hablado con la detective en el hospital y me había dicho que habían encontrado la maleta con mis pertenencias y mi celular, roto, a un lado de la carretera, habían revisado las cámaras de seguridad, y se habían dado cuenta de que el vehículo en el que viajaba mi atacante no tenía matricula, y que, además, no se le alcazaba a ver bien el rostro, así que solo se estaban guiando por el retrato hablado. Vanesa hoy ya estaba un poco mejor, pero seguía estando bajo los efectos de los medicamentos, así que habían hablado con el médico para ver si se los podía suspender por un par de horas solamente para tomar su declaración, vi la hora en mi celular; ya eran más de las cinco de la tarde, así que supuse que ya estaría hecho, video llamé a Ana solo para asegurarme y para ver a Vanesa en caso de que no pudiese hablar.

- Hola Mónica. – Ana me entregó una sonrisa en cuanto contestó, se veía agotada, seguramente no había dormido mucho.

- Hola, solo llamaba para saber si la policía ya había tomado la declaración de Vane, y para saber cómo estaba ella. – dije apresuradamente.

- Si, la detective se fue hace un rato y la enfermera le acaba de administrar medicamentos a Vanesa, así que está muy drogada y extrañamente feliz para alguien que recibió un balazo ¿Quieres hablar con ella? A lo mejor tu tienes más suerte que yo, porque a mí, además de incoherencias, prácticamente no me ha dicho nada.

- Bueno, quiero decir si es que no esta durmiendo, no quiero molestarla.

- No tranquila, le alegrara verte. Ey Vane, mira quien quiere verte. – intentó despertarla y ponerle el celular en frente del rostro para que me viera.

- Moni, estas aquí. – dijo dándome una sonrisa perezosa

- ¿Cómo te sientes? ¿Te duele mucho el abdomen?

- ¿El abdomen? No, lo que me duele es el corazón, desde hace aproximadamente dos años.

- Vanesa, por favor. – Ana le advirtió

- Lo siento, no diré nada más porque Ana tiene cara de querer cortarme la cabeza, pero es inteligente y eso la dejaría desempleada, así que no lo hará ¿Verdad Anita?

- Vanesa porque mejor no le cuentas cómo te fue con la detective ¿recuerdas lo que hablaron?

- Si, hablamos de Mónica, tenemos eso en común, o al menos a ella le gustaría.

Imperfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora