Capítulo 3

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Vanesa

- ¿Qué carajos está pasando? ¿Qué pasa con Mónica? ¡Por dios soledad! habla de una vez – sentía mis pulsaciones subiendo, solo pensar que algo malo le estaba sucediendo a Mónica me ponía nerviosa y estaba costando mantener mis emociones controladas – Por favor – le rogué casi sin aliento.

- Está bien, pero primero vamos a salir de aquí, termina de grabar y nos vamos ¿Sí?

- ¿Es que no estas entendiendo? Se puede ir a la mierda la grabación.

- Vanesa. – esta vez fue Ana la que habló.

- No me necesitan, se hizo tarde y solo están tomando planos americanos del lugar. Nos vamos ahora. – comencé a cambiarme ropa, me hice una coleta y no fui capaz de quitarme el maquillaje, necesitaba salir pronto de ahí.

Ana manejó al departamento, pude notar a Soledad nerviosa, no quiso soltar palabra en el auto, insistió en que hablaríamos al llegar a casa. El camino se hizo eterno, pero en cuanto llegamos agarré mi bolso y me bajé del lado del copiloto. Nada más entrar comencé con el interrogatorio.

- Bueno, ya está ya llegamos, te escucho. – la miré confrontacional, no estaba para juegos.

- Vanesa, tienes que entender que no estoy en posición para contarte algo que no me corresponde a mí ¿quieres saber? Ve y pregúntale, pero por favor no me pongas en esta situación.

- ¿Qué vaya y le pregunte? Pero ¿te estas escuchando? Mónica no me va a contar nada, no hablamos hace casi dos años, lo más seguro es que soy la última persona que quiere ver, de seguro me odia.

- Creo que conoces mucho mejor a Mónica que eso ¿De verdad crees que ella podría odiarte?

- Yo... ya no sé nada... yo no sé. Lo único que si sé es que si algo malo le esta pasando yo, no puedo ¿entiendes? Yo me muero si algo malo le pasa, me muero soledad, yo no podría soportarlo. – pude sentir como una lagrima solitaria caía por el borde de mi ojo, pero me la sequé con brusquedad con el dorso de mi mano.

- Vanesa, Mónica esta bien, su salud está bien – me miró haciendo hincapié en la última parte, porque claramente se imaginó que mi preocupación radicaba en su salud y en que el carcinoma no regresara.

- Bueno, entonces si su salud está bien ¿Qué es? – la mire confundida, porque realmente no podía imaginar qué era lo que sucedía.

- Algu... alguien la esta acosando, al parecer es algo serio, tan serio que su hermano se estaba quedando con ella, pero creo que Jesús regresaba a casa hoy en la tarde.

- ¿Qué alguien qué? – pude sentir como mi sangre comenzaba a hervir - ¿Qué clase de enfermo podría hacer eso?

- Vane, no sé muy bien lo que sucede, ella estuvo reacia a compartir más información, lo único que dijo es que le estaba enviando cosas al canal con mensajes extraños, también la siguió a su casa.

- Pero... ¿Se le acercó? ¿Ese imbécil tuvo contacto con ella? ¿Ya lo sabe la policía? – Definitivamente el hecho de tener más preguntas que respuestas no estaba ayudando.

- Vanesa, te juro que no sé nada más, de verdad.

- Pero Soledad cómo no le preguntas nada más, esto es peligroso, es algo serio, debiste hacer más preguntas. – estaba asustada y la estaba cargando en contra de Soledad, sabía que no era justo, pero sinceramente no me importaba.

Imperfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora