Capítulo 28

698 30 5
                                    

Vanesa

- ¿Alfonsina?

- Vas a tener un bebé no una abuela, mi amor. – Le dije mirando su perfil, eran las nueve de la mañana, llevábamos despierta un rato, pero ninguna daba indicios de querer levantarse de la cama, Mónica estaba mirando al techo mientras se frotaba el vientre, los rayos de sol que entraban por la ventana se reflejaban en su rostro y cabello haciendo que se tornara más claro y que sus ojos se vieran verdes, se veía hermosa. Y yo me sentía afortunada de estar a su lado, de poder observarla, de compartir una cama con ella y despertar junto a ella, de ser su rostro lo primero que mis ojos vieran por la mañana.

- ¿Mía? – Preguntó sin mucha convicción. – No lo sé, ningún nombre parece sonar bien.

- Encontraremos uno que nos guste, tranquila. – Dije acercándome a besar su mejilla. - ¿Quieres desayunar?

- Si, pero... Vanesa, estaba pensando en algo. – Dijo dándose la vuelta para poder mirarme.

- ¿En qué?

- Bueno... ya sabes, el estomago me está creciendo mucho y creo que no lo podré seguir ocultando, sobre todo en el trabajo, todos están intentando ayudar evitando planos americanos, manteniéndome sentada y permitiéndome usar ropa algo más amplia, pero creo que no podemos seguir intentando mantenerlo en privado, y la verdad es que no quiero. Quiero decir, estoy feliz, estamos felices y quiero que la gente lo sepa, así que estaba pensando decirlo publicando algo en Instagram, algo simple sin dar muchas explicaciones, porque no creo que sea necesario ¿Qué dices?

- Creo que esta es tú decisión, me parece perfecto si lo quieres contar y te apoyaré, pero también lo haré si quieres esperar algo más de tiempo.

- Vanesa... yo sé que no hemos hablado de esto. – Dijo quedándose en silencio bajando su mirada hacia su vientre.

- ¿Hablar de qué? – Realmente sabía a qué se refería, pero estaba intentando que ella lo dijera.

- Ya sabes de esto. – Dijo acariciando su vientre. – De nosotras, de lo que estamos haciendo ¿Qué estamos haciendo? – Dijo esta vez levantando la vista para mirarme a los ojos.

- Creo que estamos intentando crear una familia ¿No? – La idea hacía que me diera vértigo, porque en verdad quería que funcionara, que funcionáramos.

- Bueno, yo creo que ya lo somos, estamos nosotras, tenemos a la bebé y a los perros, definitivamente lo somos. – Dijo riendo.

- Nos falta una casa y no sé, tal vez.... Ya sabes. – Sonreí levantando las cejas intentando que entendiera a lo que me refería, pero obviamente ella no me lo haría fácil.

- No lo sé, dímelo tú. – Sonrió y levantó su mano para mover mi flequillo.

- Ya sabes, casarnos, que seas mi esposa. – De pronto me sentí tímida y temerosa, tuve miedo de que me rechazara ¿y si realmente no era lo que ella quería? Levanté la sábana e intenté salir, pero Mónica me detuvo poniendo su mano sobre mi brazo.

- ¿A dónde vas? Me acabas de proponer matrimonio y ahora sales arrancando, te creía algo más valiente, Martín.

- Creo que la valiente en esta relación eres tú. Siempre has sido tú.

- ¿Eso es lo que quieres? ¿Qué nos casemos? Porque eso suena bastante serio. Ya sabes, seriamos esposas, compartiríamos un hogar, pero además seriamos madres, ambas, y eso sería para siempre. Quiero decir, nuestro matrimonio podría o no funcionar, y por favor no me malinterpretes, quiero que funcione y voy a esforzarme para que lo hagamos, para que funcionemos, pero habría un bebé, una niña y eso es para siempre, tú y yo seríamos madres para siempre. Vamos a tener discusiones sobre pañales, comida de bebé, colegios y todas esas cosas.

Imperfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora