Imperfecto.

Capítulo 26

Mónica

Era lunes por la tarde estaba en mi auto con el álbum en las manos esperando el momento adecuado para salir, ya eran las ocho de la noche por lo que supuse que la gente ya se había ido, pero aún quedaban personas haciendo fila para que Vanesa firmara el disco. Cuando quedaban unas cuatro personas pude ver a Ana parada en la entrada con cara de querer salir corriendo del lugar, verla me dio el coraje necesario para salir del auto y entrar lo más discreta posible, lo que menos quería era llamar la atención.

- Hola ¿Ya están terminando?

- Hola Moni, sí, ya está firmándole a las últimas personas, pasa por acá – Me dirigió detrás de un panel que tenía una gigantografía del disco. – Yo te aviso cuando se hayan ido todos, solo quedan los hermanos de Vane y personas de la discográfica.

- Vale, gracias. – Esperé diez minutos y Ana me hizo un gesto para entrar. – Martín, creo que te equivocaste, mi disco venía sin la firma de la cantante, deberías hacer algo al respecto.

- ¿Te parece? Creo que puedo hacer algo por ti, pero... no te va a salir gratis. – Dijo en un susurro cuando me agache a dejar el disco en la mesa.

- Dios... busquen una habitación. – Escuchamos decir a Antonio.

- Dime tu precio.

- Una cita. – Dijo decidida.

- Vale.

- Y un beso. – Dijo bajando la vista avergonzada, me agaché a su altura para depositar un suave beso en sus labios, debió tomarla por sorpresa porque pude sentir que tomaba una respiración rápida justo en el momento en que mis labios rosaban los suyos, para luego exhalar lentamente por la nariz creando una sensación de mirmestesia en todo mi cuerpo.

- ¡Pero bueno! Escuchamos decir a nuestra espalda.

- Cállate Antonio. – Tomó el plumón me miró sonriendo y luego comenzó a escribir. – Aquí. – Dijo entregándome el cd nuevamente.

- Vanesa... – Susurré su nombre casi sin aliento leyendo el mensaje y pasando los dedos por el cartón. La caligrafía negra resaltaba en el color neutro de la portada: "Para mis únicos dos grandes amores. Vanesa, siempre tuya."

- Siempre tuya. – Dijo levantándose de la silla para rodear la mesa y besar mis labios otra vez.

- Supongo que yo me llevo tu auto ¿Verdad? – Dijo Ana haciendo un ruido con la garganta para llamar nuestra atención.

- Creo que es una buena idea. – Decía Vanesa guiñándole un ojo. – ¿Me llevas? – Me pregunto levantando una ceja.

- Claro, pero te va a tocar dormir en la habitación de invitados.

- Puedo vivir con eso, pero ya sabes si te arrepientes solo tienes golpear la puerta.

- Vamos, Martin. – Hice un gesto para que saliéramos.

El viaje al departamento fue rápido y ruidoso, Vanesa estaba feliz, la firma había ido bien y la gente quedo satisfecha con la presentación. El resto de la semana se la pasaría en programas de televisión y radio para promocionar y cantar alguna canción, por lo que estábamos casi seguras de que no nos podríamos ver, así que aprovechar este momento para pasarlo juntas era la mejor opción, aunque solo fuesen un par de horas. Cuando llegamos a mi departamento lo primero que hizo fue darse una ducha y ponerse uno de mis pijamas, estaba agotada y sabía que en cualquier momento se quedaría dormida, pero quería que comiera antes de que eso pasara.

- ¿Te parece si pongo a calentar la pizza que me sobro de la cena?

- Acepto tus sobras. – Dijo fingiendo estar ofendida.