Capítulo 15

535 32 4
                                    

Vanesa

Poco a poco la vi quedarse dormida, en medio de la oscuridad observé como su pecho subía y bajaba rítmicamente. A lo largo de nuestra relación Mónica pocas veces me pidió algo, creo que siempre tuvo miedo de permitirse ser vulnerable o de mostrar debilidad. Así que me costaba imaginar el miedo que había pasado para querer que me quedara con ella, al comienzo tuve la intención de velar su sueño y cuando la vi profundamente dormida, tuve el inmenso deseo de besar sus parpados, de acariciar su piel, había visto que una de sus mejillas se estaba tornando violeta, así que imaginé que la había golpeado muy fuerte para dejar una marca en su piel, y sentí ira, sentí un profundo deseo de hacerle daño, hubiese deseado tener un momento a solas con él antes de que le dispararan, solo un momento. Estaba tan enojada, porque estaba segura de que esta era la primera vez que alguien la golpeaba con tal violencia, la primera vez que alguien le hacía tanto daño, la primera vez que temía por su seguridad y la de su bebé, ahora no solo temía por su salud física, sabía que todo lo que había pasado podría tener un impacto en su salud emocional, en su embarazo, ese demente había convertido el momento más feliz de su vida en un infierno.

El cansancio comenzó a pasarme factura y pude sentir como mis parpados se volvían más pesados con el pasar de los minutos, pero volví a abrir los ojos cuando sentí que Mónica comenzaba a moverse y se sentaba en la cama con la respiración errática. La habitación solo estaba iluminada por la poca luz que entraba por el ventanal, pero pude ver que me miraba asustada intentando controlar su ritmo cardiaco.

- Ey, estas a salvo, esta todo bien, yo estoy contigo, ya todo terminó. – Extendí la mano para tomar la suya y la apretó con fuerza.

- Lo siento, no quería despertarte. – Dijo avergonzada.

- No estaba durmiendo, no me puedo quedar dormida.

- Ahora seremos dos. – dijo volviendo a acostarse.

- Creo que deberías intentar dormir.

- Lo sé, pero no puedo, creo que... - fue interrumpida por el sonido de su estómago. – Perdón.

- ¿A qué hora comiste por última vez? – Pregunté con preocupación.

- No lo sé, a las cuatro de la tarde, creo... no estoy segura.

- Voy a ir a prepararte algo. – Prendí la lámpara y me puse las zapatillas de levantar.

- No, tranquila, yo puedo. – La vi comenzando a levantarse y puse mi mano sobre su regazo.

- Yo voy a ir a preparar algo, ya vuelvo, espérame aquí.

Mónica

Esperé un par de minutos y me levanté, cuando salí de la habitación la pude ver en la cocina, estaba preparando dos sándwiches, en una bandeja tenía un vaso de jugo y otro de leche. Aun no me había visto, así que aproveché que aún no notaba mi presencia en la habitación para observarla mientras terminaba de poner todo en la bandeja, sabía que estaba concentrada porque estaba juntando sus cejas creando un pequeño surco que resultaba muy adorable.

- Ya te vi. – Dijo provocando que diera un pequeño salto

- Lo siento, pero no me gusta comer en la cama, ya sabes...

- Las migas de pan en la cama. – dije interrumpiéndola y riendo al terminar de hablar.

- No me gustan las migas de pan en la cama, se meten por la espalda y es desagradable. – dije intentando justificar el no querer comer sobre la cama, sabiendo lo ridícula que le parecía mi objeción. En el pasado ya habíamos discutido sobre eso cuando ella quería desayunar en la cama y yo la hacía levantarse para comer en la cocina.

Imperfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora