Capítulo 18

434 32 5
                                    

Mónica

Cuando vi a Alicia tuve que reconocer que se veía aún más guapa que con la ropa que habitualmente utilizaba para trabajar. Se había puesto un pantalón de cuero negro que acompaño con una blusa negra ligeramente transparente que dejaba ver su delicada ropa interior, además de la exuberancia de sus pechos. Habíamos decidido entrar en un pequeño bar no muy concurrido, pero lo suficientemente agradable para pasar el rato, había música en vivo, el espacio era agradable y tenía zonas que eran más privadas, lo que hacía la estancia mucho más tranquila y reconfortante.

- No puedo creer que jamás hayas probado los alfajores, eso debería ser un delito.

- Bueno, entonces me tendrás que esposar porque no te estoy mintiendo. – Respondió con un tono coqueto acercándose peligrosamente a mi rostro.

- Suena tentador, pero creo que esa es su especialidad, detective. – Ella quería jugar, entonces simplemente le seguiría el juego.

- Ven. – Dijo tomando mi mano y guiándome en dirección al baño.

Aún era temprano, y el bar todavía no se llenaba, por lo que el baño estaba vacío. Cuando entramos soltó mi mano y cerró la puerta con seguro, luego se acercó a mí y caminó haciéndome retroceder hasta que sentí el borde del lavabo chocar suavemente con mi cadera. Con su mano izquierda tomó los mechones que caían despreocupadamente sobre mi rostro, se tomó el tiempo suficiente como para dejarme retroceder en caso de que no quisiera recibir su contacto, pero no lo hice porque lo quería, quería sentir sus labios hinchados y ligeramente rosados por la excitación sobre los míos, era una mujer muy atractiva y tenía una personalidad que rebozaba confianza lo que la hacía mucho más cautivadora. Así cuando la tuve solo a un par de centímetros de mi rostro, me acerqué y rompí ese espacio, mi nariz tocó la suya buscando el ángulo adecuado para unir sus labios con los míos, sentí que sus manos presionaban mis caderas con una ligera presión, la suficiente para intensificar el beso, mi lengua rozo su labio superior con timidez, pero ella era mucho más osada y lo demostró en ese baño, pero tan rápido como había comenzado terminó, cuando sentimos que movían la manija de la puerta ambas retrocedimos, ella se miró al espejo y arregló su blusa y luego me miró y con su dedo pulgar limpió cualquier rastro de labial que había dejado en mis labios, me sonrió y abrió la puerta para salir, yo seguía afirmada en el borde del lavabo intentando recomponerme, finalmente me miré al espejo y me lavé el rostro para refrescarme un poco.

- ¿Todo bien? – Me preguntó bebiendo de su vaso de gin tonic.

- Si. – Respondí aún con dificultad.

- Se acabaron las tapas ¿Pedimos algo más? ¿Tienes hambre?

- Esta bien, pero tu elección, sorpréndeme.

- Ooh tal vez deberías tener cuidado con desafiarme. – entrecerró los ojos y sonrió con picardía.

- ¿Cómo te has sentido?

- ¿Con qué exactamente?

- No lo sé, con todo, el embarazo, con lo que tuviste que enfrentar, el ataque a Vanesa, además me dijiste que sufrió un robo bastante lamentable.

- Ah, sí, le robaron absolutamente todos los instrumentos musicales, va a vender su departamento y llegamos a un acuerdo, ambas viviremos en el departamento actual, bueno... yo hasta que encuentre un departamento donde vivir, pero aún no he tenido cabeza para buscar nada. Y el bebé va bien, afortunadamente las nauseas terminaron, solo tengo que cuidar mi alimentación para evitar la diabetes gestacional.

- Y... ¿Cómo son las cosas con Vanesa? Me refiero... ustedes tuvieron una relación y ahora compartir espacio puede ser algo complicado.

- Sí, eso no lo puedo negar, esta siendo complicado. Algunas veces más que otras – Dije recordando lo que había pasado la otra madrugada en la cocina. – Pero nos la estamos arreglando.

Imperfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora