Capítulo 20

573 32 7
                                    

Mónica

Cuando comencé a despertar tuve que recordar cómo había llegado a esta situación, ya que literalmente estaba usando a Vanesa como almohada, ella seguía dormida, mi primer instinto había sido separarme de ella y levantarme, pero había olvidado lo cómodo que se sentía dormir junto a ella; el olor de su acondicionador, su perfume, la confortabilidad de su cuerpo. Si no hubiese sido porque mi estomago comenzó a hacer ruido me hubiese quedado disfrutado un poco más de ese momento, tenía su brazo izquierdo alrededor de mi cuerpo y nuestras piernas en algún momento de la noche se habían entrelazado lo que hacía difícil desenredar nuestras extremidades sin despertarla, como pude quité su brazo y me afirme en su abdomen para levantarme, la miré hacer una mueca de dolor y abrir los ojos lentamente.

- Lo siento ¿Te hice daño? – Dije tocándole el abdomen y recordando que posiblemente aún no sanaba la cicatrización del disparo.

- No, tranquila, no fue nada. – Dijo levantando su blusa para mostrar la piel en proceso de cicatrización. – ¿Cómo dormiste? – Su voz aún sonaba algo adormilada, tenía que admitir que se veía bastante adorable.

- Bien, aunque no sé si puedes decir lo mismo, lo siento no era mi intención quedarme dormida sobre ti, pero me venció el cansancio.

- No pasa nada, en realidad, dormí muy bien. Aunque creo que después de usarme como almohada deberías hacerme el desayuno.

- Esta bien, me parece un precio bastante justo. – Dije riéndome de su propuesta, era fácil bromear con ella, de alguna manera me hacía disfrutar de algo tan cotidiano como compartir un desayuno, por otro lado, sabía que tenía que buscar departamento, no podía quedarme tanto tiempo aquí, en unos meses tendría que comenzar a habilitar la habitación del bebé y tampoco quería que las cosas con Vanesa se confundieran, lo correcto era respetar los limites y poner algo de distancia para que no se viesen involucrados nuestros sentimiento, el problema era que parecía ser muy tarde para eso.

- Voy a tomar una ducha rápida y vengo ¿Necesitas algo? – Preguntó sacándome de mis pensamientos.

- No, estoy bien, aunque creo que hoy iré al supermercado a comprar algunas cosas que hacen falta.

Corté algo de fruta, hice café para Vanesa y Té con leche para mí, tosté algo de pan para acompañar los huevos escalfados y puse todo sobre la mesa, Vanesa volvió a entrar a la cocina quince minutos después, tenía el cabello mojado y se había vestido con un mono negro simple. Tomamos desayuno en un silencio cómodo, Vanesa me había dicho que la corredora ya tenía un comprador para el departamento, por lo que ya podría comenzar a comprar los instrumentos musicales, se veía mucho más tranquila en comparación con el día anterior. Cuando estábamos limpiando todo sonó el timbre del intercomunicador.

- Tranquila, yo voy, puede que sea Ana, aunque no me dijo que vendría tempano. – La vi ir a la puerta y pude notar cómo su expresión cambiaba al mirar la pantalla de la cámara. – Mierda, es mi madre. – Dijo volteándose para mirarme.

- Bueno hazla pasar, realmente me extrañó no tenerla acá cuando estuviste hospitalizada.

- Si, sobre eso... – Vanesa me miraba con cautela. – Puede que no le haya dicho nada.

- ¿Qué? ¿A que te refieres con "puede que no le hayas dicho nada"? solo hay dos opciones: o le dijiste o no le dijiste. – La miré un momento y ella no respondió. – ¡Vanesa!

- No le conté nada. – Respondió y el timbre volvió a sonar.

- Dios, no lo puedo creer... - dije avanzando en su dirección, como no la veía con intención de abrir, extendí mi mano y toqué el interruptor para que Toñi subiera.

Imperfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora