Narra Antoine:
Y aquí estoy yo, tocando el timbre de la casa de ___. No tengo pensado muy bien lo que le voy a decir, y tampoco sé si ella va a querer escucharme. La puerta de la casa se abrió, y la mamá de ___ me sonrió.
—Hola. Si vienes a hablar con Diego, lo siento pero está durmiendo.
—No, no. Vengo a hablar con ___, ¿ella está?— Dije nervioso.
—Si, ella está en su habitación, arriba y en la puerta dice su nombre— Me dijo muy amable, yo le agradecí y subí las escaleras.
Rogando que su padre no me viera aquí, vi una puerta entreabierta. Me acerqué con cuidado allí, y estaba ella de espaldas a mi, estudiando. Me apoyé en el marco de la puerta a observarla, de brazos cruzados. Ella estaba leyendo en voz baja, y noté que estaba estudiando historia, cuando mencionó algo de la Segunda Guerra Mundial.
Me aclaré la garganta, lo que provocó que ella pegara un salto del susto. Al verme, su cara no fue la mejor, estaba seria, demasiado.
—¿Qué haces tu aquí?— Me preguntó.
—Vengo a hablar contigo, es importante— Y, por primera vez en mi vida, mi voz tembló al hablar con una mujer.
—No puedo, estoy estudiando.
—No era una pregunta— Dije. Ella suspiró y se quedó callada, esperando a que yo hable— Sé quién fue la persona que envió el sobre. Fue Saúl— Dije y ___ soltó una carcajada, yo la miré confundido.
—¿En serio piensas que te voy a creer eso? ¿Por qué lo haría?
—Sé que parece loco, pero fue él. Los chicos y yo vimos los videos de esa noche, vimos a un compañero sacarles fotos y yo hablé con él. Él mismo me dijo que fue Saúl— Dije, y luego la miré atentamente esperando su respuesta.— Necesito que me creas, ___, de verdad.
—¿Por qué te interesa tanto lo que yo opino o no?—Dijo ella, seriamente.
—Porque te quiero, y me importas. Y no quiero que estés molesta conmigo por algo que yo no hice. Te juro, ___, que yo no tuve nada que ver con todo esto—
—Lo siento— Dijo ella con la mirada baja. Me arrodillé para verla a los ojos— Lo siento por no creerte.
—Está bien— Susurré— ¿Puedo hacerte una pregunta?—Dije mientras me levantaba y me sentaba en su cama. ___ asintió— ¿Quisiste besar a Saúl esa noche?
Ella rió y negó con la cabeza. Sonreí un poco. El silencio invadió la habitación durante unos segundos, silencio que yo decidí romper.
—Entonces, ¿amigos otra vez?— Pregunté.
—Creo que nunca tuvimos el trato suficiente como para tener una amistad, ¿comenzamos de cero?— Me preguntó ella.
Narra ___:
—Me llamo Antoine Griezmann— Dijo, y yo reí.
—Soy ___, un gusto conocerte— Dije.
—¿___, que vas a hacer con Saúl?— Me preguntó él, cambiando rotundamente de tema.
—Voy a ver todo lo que es capaz de mentirme— Dije yo— ¡El no dijo nada cuando te grité por lo de las fotos! Por cierto, perdón por eso— Sentí como mis mejillas se sonrojaban.
—Ya pasó, olvidate de eso— Me dijo suavemente— ___, tengo que irme si no quieres que tu padre me mate.— Se levantó de mi cama.
—Cierto— Reí— Adiós, ¿nos vemos mañana en el entrenamiento?