Martes 24 de marzo, 2015. 7.50 am.
—Déjame ver si entendí, ¿te llegaron fotos a tu casa de cuando estabas besándote con Saúl, y tu papá las vio?— Dijo mi amiga, aún un poco dormida, cuando nos sentamos en nuestros lugares.
—Si, yo pienso que fue Antoine, por eso hoy voy a hablar con él.— Dije yo.
—No creo que haya sido él, ___, sería algo muy inmaduro de su parte.
—Abril, todo está en contra de él; era su fiesta, y su fotógrafo. Él me dijo que me vio besándome con Saúl.
—¿Crees que le gustes?— Me preguntó mi amiga.
—No, Abril.
—¿Por qué no? Hacen linda pareja.— Sonrió.
—Antoine puede tener a la chica que él desee, ¿por qué justo le gustaría yo? Hay mucha diferencia de edad, y además, soy la hija del entrenador.
—¿Y la edad que importa? Uno no elige de quién enamorarse, ___.— Me dijo ella.
El profesor llegó al salón, interrumpiendo nuestra charla. Dos horas de Historia Mundial. En serio, ¿quién asignó los horarios? ¿Historia un martes a las ocho de la mañana?
Mientras el profesor explicaba, yo no dejaba de pensar en lo que Abril me dijo hace unos minutos. ¿Antoine enamorado de mi? Eso ni siquiera puede ser una opción. Él es un chico tan lindo, tan talentoso, tan bueno; y yo soy... tan yo.
(...)
16.20 pm.
Todos comenzaban la entrada en calor, algunos estiraban, algunos corrían, y algunos estaban sentados en el suelo esperando las indicaciones sobre que ejercicio iban a realizar para comenzar con el entrenamiento, pero mi papá aún se encontraba en los vestuarios. Antoine era uno de los que estiraba.
No aguanté más, y fui hacia él.
—¿Quién te piensas que eres?— Le dije, él me miró confundido, y todos sus compañeros dejaron de hacer lo que estaban haciendo para escucharnos. Metidos.
—¿De que hablas?— Dijo Antoine sin entender la situación.
—Eres un idiota, ¡un verdadero idiota!— Le grité.
—¿Se puede saber que fue lo que, supuestamente, te hice?—
—¿Crees que no me di cuenta que fuiste tu? ¡Entiendo que quieras cuidarme, pero eso no te da derecho de enviarle a mi papá las fotos que estamos Saúl y yo besándonos en tu fiesta!— Todos se giraron a ver a Saúl, hasta Antoine.— ¡Antoine, no eres más que un jugador del equipo de mi papá, no somos amigos! No tienes derecho a hacer lo que haces, porque mi papá está más enojado conmigo de lo que estaba antes. Y esto es todo tu maldita culpa.— Grité con furia.
—No sé de que me estás hablando.— Dijo él seriamente.
—No te hagas el idiota, sabes perfectamente.— Dije.
—___, tengo 24 años, ¿piensas que voy a perder mi tiempo en hacer enojar a una niña de 17?—Resaltó la palabra niña.
—No soy una niña, pronto voy a ser mayor de edad.
—¿No deberías comportarte como tal?— Dijo él.
En ese momento, mi papá llegó, por lo que nadie dijo una palabra más, y el entrenamiento empezó, así que fui a sentarme al banco.
No quería pensar en la discusión que había tenido con Antoine, pero yo realmente siento que él fue el culpable de que las fotos hayan llegado a las manos de mi papá.
Para distraerme un poco, tomé mi celular y envié un Whatsapp a mis amigas.
Mensaje de ___: ¡Hola mis amores! ¡Las extraño!
Mensaje de Paula: Hola divina, nosotras también te extrañamos.
Mensaje de Zoe: Te extraño mucho, ¿qué es de tu vida?
Mensaje de ___: Mi vida es igual que hace dos meses, solo que sin ustedes :(
Mensaje de Lola: Oww, algún día vamos a ir a visitarte, lo prometemos.
Mensaje de ___: Espero poder ir yo allá pronto.
Mensaje de Paula: ¿Muchos chicos lindos?
Mensaje de ___: Siempre me preguntan lo mismo. Y si, pero no quiero hablar de eso.
Mensaje de Zoe: ¿Que pasó?
Mensaje de ___: Estoy enojada con él, luego les cuento. ¿Cuando hacemos una videollamada?
Mensaje de Emma: ¡___! Siempre tarde yo. Te extraño mucho corazón,cuando quieras hacemos la videollamada.
Mensaje de ___: Cuando puedan :)
Mensaje de Zoe: Dale, después hablamos. Me voy a cenar.
Mensaje de Paula: Yo igual.
Mensaje de ___: Adiós, las amo.
Guardé mi celular, fue muy lindo hablar con ellas, ya que ya no tenemos tanto contacto desde que vine a vivir a España, y realmente tengo miedo de perderlas, tengo miedo de que a medida que pase el tiempo nos hablemos cada vez menos, hasta ya no saber nada de ellas, ni ellas de mi. ¿Como no tener miedo, si ellas estuvieron toda mi infancia, mi niñez y mi adolescencia junto a mi? ¿Como no tener miedo si hicimos tantas cosas juntas, pasamos tantos momentos, fuimos a tantas fiestas juntas? ¿Como no tener miedo si son unas de las personas más importantes que la vida me dio? Otra razón para querer volver a Argentina. Mis amigas.
(...)
El entrenamiento terminó horas después, yo me subí rápidamente al auto sin despedirme de los chicos, no quiero ver a Antoine, a Saúl, a nadie.
Llegamos a casa luego de veinte minutos, y allí estaban mi mamá y mi hermano, quien ya se sentía mejor, pero mi papá decidió que era mejor que se quedara en casa descansando hasta que la fiebre se le vaya por completo.
Yo, por mi parte, subí a mi habitación así termino las tareas antes de que la cena esté lista. Pero mi mente no estaba para nada en la tarea, como me pasaba hoy en Historia, sino que estaba en Antoine. Él está robando todos mis pensamientos y eso no me gusta para nada, y mucho menos por como están las cosas ahora.
