Capítulo dieciocho.

4.7K 224 22
                                    

Narra ___:

-¡TE VI BESÁNDOTE CON SAÚL!

-¿Y ESO ACASO TE MOLESTA?- Le grité, esperando una respuesta.

Él se quedó callado unos segundos, y luego volvió a hablar, pero esta vez estaba tranquilo, ya no gritaba.

-Claro que me molesta, digo, conozco a Saúl y sé como es con las mujeres, ___, créeme que te romperá el corazón. Te quiero, siento que podemos llegar a ser muy buenos amigos, no quiero que nadie te haga daño.

-Tengo casi dieciocho años, no necesito que nadie me cuide. Sé hacerlo por mi misma, Antoine.

-Yo no estoy tan seguro de eso.

-Deberías estarlo. No soy una niña.- Dije seriamente.

-Pero pareces, ¿o no recuerdas las veces que tuve que ayudarte? ¿cuando las cámaras no dejaban de acosarte, o cuando estabas ebria?- Dijo él, en un tono serio.

-Idiota.- Susurré yo, para luego darme vuelta e ir en busca de mi papá.

-___- Dijo él.

-¿Que?- Dije de mala gana mientras me daba vuelta hacia donde estaba él.

-Si sacas los balones debes guardarlos.- Dijo el tirando al suelo, el balón que tenía en su mano. Y siguió caminando, dejándome sola.

Narradora Omnisciente:

-Lo odio.- Susurró ___, a la nada. Pero estaba frustrada consigo misma porque sabía que eso no era verdad. Sabía que ella no podría odiar a Antoine Griezmann por más que lo intentara. Porque todo lo que hace él le parece perfecto, y porque esos ojos celestes como el cielo pueden con ella. Y se siente una tonta por sentir atracción hacia él; el chico que tantas adolescentes aman, que tantos hombres admiran, que tantos niños sueñan con conocer. Mientras ella ¿quién es? solo la hija del entrenador, y sabe que no podrá llegar a ser algo más, al menos para ese francés que tanto le atrae.

Mientras tanto, Antoine entró en el vestuario y todos estaban ya cambiados, y sumergidos en una entretenida charla, o así parecía ya que las risas invadían el lugar.

-¿La fabricaste a la campera o qué?- Preguntó Saúl. Antoine lo miró con cara de pocos amigos, pero prefirió responderle algo que daría justo en el blanco.

-No, estaba con ___.- Dijo como si nada.

El entrenador notó cierta tensión entre ellos dos, por lo que decidió no acotar nada a la conversación; quizás debería hablar con ellos luego.

Minutos después, ___ entró en el vestuario, enojada.

-Papá, ¿vamos?

-Claro, vamos. Nos vemos mañana chicos.- Dijo.

La menor salió sin despedirse, en realidad, solo murmuró un "adiós" apenas audible. Cuando ellos se fueron, todos miraron a Antoine confundidos. Él solo levantó sus hombros haciéndose el desentendido.


Narra ___:


Estoy enojada con Antoine, pero más enojada estoy conmigo misma porque es mentira que estoy enojada con él, no puedo estarlo.


-¿Por qué esa cara?- Preguntó mi papá.

-Por nada, no quiero hablar contigo.

-No podes estar siempre enojada conmigo, soy tu papá.


No respondí, sé que es verdad. Es mi papá y por muy celoso que sea lo quiero un montón, y no hablar con él en estos días me está haciendo muy mal, pero ambos somos muy orgullosos como para pedirnos perdón.

De todas formas, quien me tiene que pedir perdón es él.


Saqué mi celular del bolsillo, el ambiente en el auto está muy tenso. Mi hermano me respondió el mensaje que hoy a la mañana le envié.


"¿Por qué "podría decirse"? ¿Que hay de malo? Sabes que podes contarme, más allá de la distancia, acá estoy :)"

"Papá esta cada día más insoportable. Y los extraño a ustedes dos. Quiero volver allá :(" Respondí yo.

"Yo quiero que estés acá, no sabes lo que daría porque eso pase. Pero tu obligación es quedarte allá. Tengo que entrenar, te amo, hablamos luego."


Realmente quiero volver allá, si no hubiésemos pisado España, no habría un Antoine en mi vida, tampoco un Saúl, y todo estaría bien.


¡Que complicada es la vida de una adolescente!


Llegamos a mi casa y estaba mi mamá sentada, mirando televisión con un sobre sobre la mesa del café. Al vernos, intentó esconder el sobre pero fue en vano.


-¿Qué es ese sobre?- Dijo mi papá.

-¿Qué sobre?- Dijo ella haciéndose la desentendida.

-El que tenes justo detrás de tu espalda.- Sonrió mi papá. Mi mamá estaba seria. Yo solo miraba la escena divertida.


Mi papá se acercó a ella y comenzó a hacerle cosquillas, luego de eso tomó el sobre y lo abrió. Su cara y la de mi mamá se tornaron serias, entonces me preocupé.


-___, ¿qué es esto?



La hija del entrenador. || Antoine Griezmann.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora