Año nuevo | Yuji Itadori | fem!reader

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AU: Año dos mil veinte. Kenjaku no tomó el cuerpo de Suguru. Yuji no es el recipiente de Sukuna pero sí tiene energía maldita. Satoru lo encontró un día y lo llevó a la escuela para convertirlo en chamán/hechicero.


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―No estés tan nervioso ―le dijo el peliblanco a Yuji mientras rodeaba su hombro con el brazo, parándose frente al espejo junto a él.

El nerviosismo de Yuji no solo se notaba en su rostro o forma de moverse, sino también en su aura, parecía que el joven tenía un cartel en la frente que exclamaba "nervios", algo que le causó gracia a Satoru.

―Sería la primera festividad que pasamos juntos ―explicó el pelirosa, a lo que su profesor y confidente respondió con un sonido afirmativo.

―Lo sé, pero si le gustaste todo herido y torpe, ¿por qué tan nervioso ahora? ―bromeó el otro para aligerar la tensión a la vez que soltaba el agarre que tenía. El joven dudó un poco, no era eso lo que lo ponía nervioso.

―Solo quiero que sea especial, también es la primera que ella pasa sin su familia ―comentó moviendo su mirada del espejo para mirar al peliblanco―. ¿Debería cambiarme?

Satoru negó y luego se tomó unos segundos antes de responder. Era verdad, la chica de intercambio de la escuela de Kioto que tanto le gustaba a Yuji, con quien llevaba alrededor de un año, era una joven que venía del extranjero, su familia era japonesa pero habían ido a Estados Unidos antes de que ella naciera. Mientras muchos de los estudiantes habían vuelto con sus respectivas familias, a excepción de Megumi y Yuji, la otra única persona que no podía volver a casa era ella. El peliblanco soltó un suspiro mientras se dirigía a la puerta de la habitación y le daba una rápida mirada, manteniendo una sonrisa.

―Estás bien. Estoy seguro que va a ser especial, confía. Si necesitas algo me hablas o Megumi, ya sabes donde estaremos ―dijo el mayor mientras salía por la puerta, dejándolo solo.

Yuji se miró al espejo una vez más. Sabía a la perfección que la chica no estaba con él por su físico, su apariencia. Él sentía que no tenía mucho más que ofrecer que su amor y parecía ser suficiente. Una sonrisa se formó en su rostro ante tal pensamiento, ella era un alma amable, como él. Tras soltar un suspiro y pasar su mano por el cabello, acomodándolo ligeramente, se dispuso a salir también de su habitación.

...

La joven estaba sentada en la entrada de la escuela de Tokyo. En otras circunstancias hubiera aceptado que Yuji fuera hacia Kioto a buscarla y pasar el año nuevo allí, pero sabía que aquí estaba la gente que él quería, además eran más flexibles que los superiores en su escuela. Había llegado unos minutos antes de lo esperado así que estaba sentada en un banco junto a la escalera de ingreso, mirando cada tanto la pantalla de su reloj. No iba a apresurarlo, después de todo llegó antes.

Una voz conocida hizo que la joven de cabello cobrizo se volteara con una pequeña sonrisa para ver al pelirosa bajar por las escaleras. Se tomó unos segundos para mirarlo atentamente, notando el cambio en su atuendo habiendo optado por algo más formal, festivo, cosa que le pareció lindo de su parte.

―¡Yuji! Perdón por llegar antes ―se disculpó mientras se paraba a la par que él caminaba hacia ella.

―No tienes porqué disculparte ―aseguró con una sonrisa tímida en su rostro, procurando dejar grabada en su mente la imagen de ella con vestido―. Estás hermosa ―añadió, provocando que en el rostro de la más baja se reflejara una sonrisa como la de él.

The Jujutsu Men | Jujutsu Kaisen OneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora