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Arranged marriage | parte 2 | Noritoshi Kamo | fem!reader

Lo único que se escuchaba aquella noche eran las respiraciones de ambos. La pelirroja se encontraba mirando al techo mientras que Noritoshi le daba la espalda y tenía los ojos cerrados, pero no dormía. Ambos sabían que la primera noche juntos sería extraña, pero estar allí, en silencio, despiertos mientras se preguntaban si el otro dormía... Era distinto. Estaban nerviosos, a pesar de que algo había cambiado ligeramente después del beso, la ansiedad permanecía. Noritoshi no quería incomodarla así que se encontraba prácticamente en el borde de su lado de la cama (el izquierdo) y ella estaba un poco más al medio, pero no movía ni un solo músculo. Cada tanto la pelirroja giraba su cabeza para mirarlo, o más bien mirar su espalda y la forma en la que su cuerpo se movía con la respiración. La cabeza de los Kamo lo sentía, sentía la mirada de ella y quería voltearse, pero nuevamente el pensamiento y la idea de que podría incomodarla estaba plasmado en su mente.

Un suspiro escapó de los labios de la joven, algo que no fue pasado por alto por el pelinegro quién después de unos segundos de pensárselo se volteó para mirarla recostado de lado.

―¿No puedes dormir? ―preguntó lo obvio. Ella se giró, poniéndose de lado también.

―Veo que tú tampoco ―murmuró. Si bien no podía verlo del todo, sus ojos se habían acostumbrado a la oscuridad y podía distinguir un poco su rostro.

―¿Segura que no quieres que duerma en el piso? ―insistió y ella frunció el ceño aunque él no podía notarlo.

―Te dije que no. Además no me incomodas, es solo que... Es raro ―admitió, sintiendo cómo sus mejillas se calentaban y estaba segura de que se había sonrojado, aunque él no se percataría de ello.

Ninguno de los dos volvió a hablar. Ambos estaban enfrentados, mirándose, abrazados por la oscuridad y el silencio. Ella deseaba poder expresarle y explicarle que no era él el problema, al contrario, era imposible no sentirse cómoda a su lado, tan solo... Era distinto, nuevo, íntimo. A pesar de que ambos estaban completamente vestidos, se sentía expuesta.

La expresión de Noritoshi se había suavizado, aún pensaba que lo correcto era dormir en el suelo porque estaba convencido que así sí podría dormir, aunque en el fondo lo único que deseaba era poder acercarse y que se durmiera en sus brazos. Hizo una mueca que pasó desapercibida gracias a la falta de luz. Le encantaría poder ser más cariñoso, pero consideraba que había límites y no pensaba dar ningún paso sin notar luz verde antes, ya el beso que le había dado antes había sido suficiente.

―¿Noritoshi? ―la voz de la joven se hizo escuchar nuevamente.

―¿Sí?

―¿Puedo besarte?

El corazón del pelinegro se aceleró de forma tal que casi los latidos eran audibles para la pelirroja. No se lo esperaba, de hecho, probablemente podrían estar un mes entero conviviendo y así y todo no se hubiera esperado la pregunta. Incluso le sorprendía, en parte, porque antes lo besó sin pedir permiso y porque, bueno... No había un por qué. Como siempre se cuestionó si ella lo hacía por él o porque quería. Luego de unos segundos de silencio, tratando de procesar lo que escuchó, habló nuevamente.

―¿Segura? ―preguntó, no convencido del todo.

La mujer rodó sus ojos. Estaba segura que cualquier otra persona en su lugar hubiera aceptado a la primera, pero al fin y al cabo esta era una de las cosas que hicieron que lentamente comenzara a verse atraída por él: siempre ponía sus emociones, lo que ella deseaba por delante de lo que él quería. Aunque le diera el consentimiento, él volvía a pedirlo. Sin responder ni esperar más porque lo conocía y sabía que Kamo insistiría o cuestionaría, se movió lentamente hacía él. No, no pensaba que esto se convirtiera en algo más, solo quería demostrarle otra vez que todo estaba bien. También lo hacía porque en el fondo quería, se sintió bonito el beso de antes, su corazón se había acelerado y había sentido algo en el estómago, las famosas "mariposas". Lo hacía por él pero más por ella misma.