Salvador | Suguru (mención de Satoru) | fem!reader

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#Nota1: Recomendable leer después de ver JJK 0, la película, pues se basa en la última parte.


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El corazón de Satoru se rompió en pedazos nuevamente. Ambos, Suguru y ella, los dos, en sus últimos momentos tenían una sonrisa. Por primera vez en años deseó algo que jamás esperó: poder irse junto a ellos.

...

Unos ojos avellana observaban el caos desde lo más alto de un edificio. Como le había ordenado Suguru, ella estaba supervisando al resto de los suyos. Algunos habían sido masacrados, pero era sabido desde el principio que habrían bajas, era un acuerdo que todos aceptaron. Una de las maldiciones de Suguru estaba acabando con hechiceros que parecían ser estudiantes de primer año por la inexperiencia y la facilidad con la que acababa con ellos. Tal vez si el mundo de la hechicería no fuera tan injusto, si los humanos no hubieran sido crueles con ella, sentiría pena por esos jóvenes, después de todo ellos no tenían la culpa de que el mundo fuera un asco. Minutos más tarde, un hombre rubio acabó con total destreza a la maldición, hombre que ella reconoció como Nanami Kento. Pocas veces lo había visto, más que nada cuando lo seguía para obtener información, algo muy diferente al caso de Satoru, con quien habló más. Se preguntó si para ese entonces Satoru ya se había dado cuenta que ella había optado por estar del lado de Suguru y no de él.

Con un suspiro y unos movimientos de mano su presencia se desvaneció de Kyoto, apareciendo en un edificio en Shinjuku. Por unos segundos se tambaleó, pues se había manifestado sobre una de las muchas maldiciones de Suguru que se encontraba volando en la cual ella había dejado su marca para usar su técnica maldita¹. Desde el cielo su mirada se centró en una pelea puntual: Satoru contra Miguel. No es que ella no confiara en la capacidad de su aliado, pero estaba segura que Satoru podría vencerlo de no ser por la cuerda. Para ayudar a Miguel utilizó una vez más su técnica, esta vez moviendo a una de las maldiciones de la cabeza de la secta más cerca de la pelea de ellos dos para que pudiera distraer al peliblanco el tiempo suficiente de forma que su aliado tuviera una posición más ventajosa, pues si continuaba así terminaría muerto. Luego de acabar sin dificultad alguna con la maldición, los ojos del peliblanco se desviaron hacia arriba por unos instantes, posándose en la joven de ojos avellana. Si bien mucho no podía distinguir desde esa altura, pudo jurar que el ceño del de ojos celestes se frunció al verla. Rápidamente, con un movimiento de sus manos, se desvaneció ante la mirada de Satoru. ¿Estaba escapando de él? Tal vez, en el fondo se lamentaba tener que ser su enemiga, pues este tiempo "trabajando" de su lado le tomó aprecio, sumando todas las cosas de él que le había contado Suguru. Luego de soltar un suspiro, se permitió por un instante pensar cómo hubiera sido todo si las cosas no hubieran acabado así: Suguru junto a su mejor amigo, ella a su lado. Rápidamente sacudió esa idea de su cabeza cuando escuchó un gran estruendo. Ahora la mujer se encontraba en la misma escuela a la que en algún momento Suguru había ido, se había manifestado cerca de un objeto que el mismo pelinegro había llevado con él, objeto que había dejado en la entrada del lugar tras preparar su barrera. Saltando entre algunos escombros se dirigió al lugar donde asumía estaba la pelea con el joven Okkotsu, después de todo él mantenía la idea de separarlo de la maldición llamada Rika para absorberla. La imagen que la recibió no fue nada agradable: Suguru se veía bastante cansado, herido incluso, mientras que ella sentía que la energía maldita del joven, de Yuta, solo crecía. Le recordó a Satoru. Antes de que pudiera reaccionar, el joven había lanzado un ataque a Suguru que provocó un grito desgarrador desde lo más profundo de la garganta de la mujer, sabía que no había chance de que él sobreviviera a eso sin secuelas. Para su mala suerte, aquel grito había llamado la atención del joven y de su maldición, además de la de otros hechiceros que habían llegado al lugar, forzándola a pelear en lugar de poder correr a socorrer a Suguru. Tal vez, tal vez si hubiera llegado antes...

The Jujutsu Men | Jujutsu Kaisen OneshotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora