Las Sombras [+21]

Capítulo 42

Moví la cabeza hacía delante y sentí como Logan dejaba de sostenerme con tanta fuerza, aunque seguía notando su erección. Era malditamente gigante, igual que los demás, ¿qué mierdas comieron? No es normal tener eso, no es para nada habitual, al menos para mi.

Podría ser una alteración genética. Lo pensé muy seriamente, porque realmente era asombroso. Me reí por el pensamiento.

Estoy completamente fuera de mi.

Por otro lado, intentaba darle respuesta a lo que fuera esto. Ya no me preguntaba porque dejaba que ocurriera, eso ya lo sabía.

Yo quería que sucediera, lo necesitaba.

Mi pregunta era como ellos me habían... ¿escogido? a mi, en qué momento merezco algo así. No quiero desvalorarme, soy perfectamente consciente de quién soy y de todo mi valor, merezco mucho más de lo que he tenido hasta ahora.

Pero, como ellos, que pueden tener lo que les plazca en su poder y conseguir a cualquier mujer. Estoy convencida de que se les tirarian a los pies, les rezarian y los recibirian con reverencias, como si fueran malditos dioses.

Porque eso parecían, dioses.

Dioses del inframundo.

Son misteriosos y oscuros, ofrecen terror con su presencia y una de sus miradas pueden derrumbar a más de una persona, al menos Hades. Sin embargo, yo era la reina del inframundo.

Volvamos a tema, la cuestión en concreto, mi duda y curiosidad. ¿Por qué yo? Y repito, sé lo que valgo y merezco, pero aquí es cuando mis experiencias me juegan una mala pasada. Jamás he tenido suerte en nada, jamás me han ocurrido cosas positivas, cosas que no haya trabajado yo misma, es decir, cosas que me he ganado a pulso. ¿Esto? Yo no lo he escogido, han sido ellos y por eso me asusta.

¿Cómo sé que esto es real? Aún estoy a tiempo de desconectar mis sentimientos, de perder las emociones y descubrir la realidad por si esto fuera otra maldita tortura. Estoy a tiempo aún, porqué si no me deshago ahora seguramente acabarán por convencerme y no podré luchar contra ellos.

Terminaré por confiar en ellos al completo, algo que puede ser muy agradable y hermoso cuando es lo adecuado y merecedor, sin embargo, es lo más doloroso y depravado cuando vives una traición.

Mi cabeza no dejaba de pensar, no dejaba de darle vueltas a absolutamente todo en busca de posibles sospechas. Necesitaba encontrar algo para atar mis emociones, para detenerme a mi y poder frenar mi cabeza.

Joder, era todo un embrollo de ideas y posibilidades, y no tenia ni la menor idea de cual era el correcto.

¿Por qué me hacían sentir tan bien? Como si fuera lo correcto, lo adecuado, lo que merecía, ellos me lo decían. ¿Sería otra trampa?

No puede ser Emily, hace años que te protegen. No tendría sentido.

Era la verdad. Entonces, si esto era verdad y ellos eran reales, estaban consiguiendo lo que decían querer.

A mi.

Me sentía diferente, aunque no es como si no fuera yo, eso era lo que más me chocaba. Sabía que no estaba cambiando, sino que estaba saliendo la otra parte de mi, la que vive y experimenta, la que puede sentir. La que pocas veces, por no decir jamás, había podido ver la luz.

Pensarlo, mi vida era constantemente un maldito juego de supervivencia en el que hasta la persona menos esperada podía traicionarme, todo empezó con ella. ¿Sabiendo eso cómo podía confiar cuando mi madre, quien debía ser todo para ella había sido mi monstruo?