Capítulo 15

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Me despierto sobresaltada en una cama que no conozco de un cuarto enorme que no he visto en mi vida aunque me suena bastante.

Las sabanas son de una tela fina y caliente, el colchón es extremadamente cómodo. Hay algunos muebles y tanto ellos como las paredes son negras y el suelo gris oscuro.

Al analizar la habitación me hago una idea de donde podría estar. Se parece a mi apartamento, pero las paredes son más altas.

Me siento en la cama y veo que llevo lo que parece un camisón o ¿una camisa grande? Será una camisa de ellos, estoy segura.

Salgo de la cama y miro por la ventana que hay justo al frente de la cama. Estoy en la tercera planta, si me tiro desde aquí me parto las piernas fijo.

Tengo que salir de aquí lo antes posible, no debo estar con ellos.

Debo no querer, Em.

Cállate estúpida voz.

No encuentro mi ropa por ningún lado ni nada de ropa que pueda ponerme. Tendré que salir tal como estoy, con la camisa y la ropa interior.

Abro la puerta con cuidado y delicadeza sin hacer ruido y la cierro detrás de mí. Dejo salir el aire de mis pulmones para prepararme.

Camino por el pasillo, tengo la suerte de que las puertas están cerradas, llego a un pequeño salón que me es familiar y miro a mi alrededor. Estuve aquí la otra vez.

Me dirijo hacia donde creo estaban las escaleras y acierto. Las bajo con sutileza hasta llegar a la primera planta.

Suspiro aliviada al no ver a nadie, de momento. Ahora encontrar la salida.

Aunque no tengo como irme y tampoco tengo mi teléfono. Me lo quitaron todo los cabronazos.

Intentaré encontrar mis cosas, luego bajaré al garaje y me llevaré otro de sus preciados coches.

Paso por lo que parece el pasillo principal y entro en la última puerta de la izquierda. Es la cocina, una cocina enorme y elegante, toda de marmol negro. Paseo mis ojos por toda la superficie en busca de mis cosas y nada.

Me adentro con curiosidad y miro por una de las ventanas. Se ve gran parte del jardín, hay fuentes y mucha vegetación ordenada e incluso estatuas que no he podido ver detalladamente.

Cosa vuoi, piccolo?– la voz de Hades me sobresalta y luego me congela. *¿Qué pretendes pequeña?*

De repente su cuerpo aprieta el mio por la espalda y agarra mi cuello con una mano, pero sin hacerme daño.

–No soy pequeña.

–Para mí sí, mia dea– descansa su cabeza encima de la mía.

–Uy si perdoname dinosaurio– pongo los ojos en blanco,

–Ni siquiera sabes mi edad.

–No sé nada de vosotros.

–¿Quieres saber de nosotros?, solo tienes que pedirlo–su mano se aprieta contra mi abdomen juntándonos más– Pide lo que desees y te lo concederemos.

–No me interesa nada de vosotros– miento.

–¿No quedó claro que nada de mentiras?– aprieta su tacto haciendo que me estremezca.

Trago saliva, pero no respondo.

–Me presento– empieza– Soy Hades Roy, director del departamento de Justicia de Estados Unidos junto a mis hermanos y jefe de varios laboratorios centrales esenciales del continente–continua.

Las Sombras [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora