Capítulo 54

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Nos deslizamos con cautela por el salón opulento, después del pequeño acontecimiento algo exagerado por parte de los chicos. Como siempre.

El tintineo de copas y el murmullo de conversaciones llenaban el aire cargado de tensión. La luz de las arañas de cristal destellaba sobre las mesas largas, cubiertas de manteles blancos y adornados con arreglos florales exuberantes. Hombres elegantemente vestidos y mujeres con joyas relucientes se mezclaban, mientras los camareros circulaban discretamente entre ellos sirviendo platos a simple vista exquisitos.

Desde una esquina los chicos y yo nos detuvimos para observar con algo de disimulo a los invitados y el espacio que nos rodeaba. Creamos con nuestros cuerpos un semicírculo, simulando que estabámos entablando una conversación, de esta manera no llamaríamos tanto la atención.

No tardamos en identificar los cabezas más importantes que había en la sala, aunque tampoco era complicado saberlo. Llevaban numerosas personas a su espalda, los cuales obedecían sin rechistar aunque eran tratados como perros. Además sus trajes impecables y la mirada fría para nada ocultaban su autoridad implacable hacía los demás. Estaba segura de que todos ellos llevaban discretamente armas ocultas bajo sus chaquetas, añadiendo un peligro latente a la atmósfera sofisticada pero ya amenazante.

Después de varios minutos que sólo consiguieron ponerme más tensa nos camuflamos entre los asistentes. Hades se había alejado unos minutos para hablar con uno de esos hombres con mirada fría y aspecto imponente que he descrito antes, sin embargo su mirada no se despegaba de mi. Había supuesto que se trataba de quién los ayudó para que pudiéramos infiltrarnos.

Que los Roy confiaran no significaba que yo lo hiciera, no me daba buena espina. En realidad nada de esto me reconfortaba, todo lo hacía por la posibilidad de tener nueva información, aunque eso supusiera arriesgarme.

Jacob, Henry y Logan estaban hablando, hablando de algo que no iba a captar mi atención en ningún segundo porque estaba concentrada en mantener el perfil bajo mientras intentaba captar fragmentos de conversaciones, igual que hacía Alec. La tensión en el aire era palpable; cada gesto, cada palabra tenía el peso de una negociación donde la traición podía tener consecuencias mortales. O quizás era simple imaginación.

Hades seguía hablando con el misterioso hombre cuando intercambio la mirada con Alec, tan sutil que incluso me tuve que preguntar si había sido real. Los movimientos siguientes de Alec me confirmaron que así había sido.

Primero me miró, me observó durante unos largos segundos, detallando en su memoria cada rincón de mi cuerpo. Mi cuerpo tembló en respuesta y mis labios se entreabrieron sin mi convencimiento. Había olvidado por completo donde nos encontrábamos, pero la sonrisa juguetona de Alec me empujó a la realidad.

Después de la pequeña eternidad desapareció entre la gente del salón y Henry y los demás me rodearon casi por completo.

Las voces de nuestro alrededor empezaron a desaparecer, casi se hizo el silencio cuando la atmósfera ya cargada de tensión se volvió aún más espesa y la puerta principal del salón se abrió de golpe. Todas las miradas se volvieron instintivamente hacia la entrada, y el bullecio de las voces se desvaneció en un susurro inquieto.

¿Quién era ese hombre? ¿Cómo sabían los chichos que venía?

–¿Donde està Alec?

–Tranquila cielo, ahora volverá– no habían tenido suficiente con traerme sin siquiera saber la situación, sinó que continuaban escondiendome las cosas.

Un hombre de presencia imponente apareció en el umbral, su silueta recortada contra la luz del pasillo. Era alto y robusto, con una estatura que eclipsaba a los presentes. Vestía un traje negro perfectamente ajustado, que parecía absorber la luz a su alrededor, dándole un aire aún más siniestro. Su rostro estaba en parte en sombras, pero los pocos detalles visibles bastaban para helar la sangre a cualquiera. Una cicatriz profunda que cruzaba su mejilla derecha y unos ojos fríos y calculadores que escudriñaban el salón con una intensidad glacial.

Sin embargo, había estado rodeada de personas muy parecidas durante toda mi existencia y no tenía ni de cerca esa respuesta en mi.

Cada paso que daba resonaba con un eco ominoso sobre el suelo de mármol, y su andar era lento pero decidido, como el de un depredador que sabía exactamente dónde estaba su presa. Los comensales se apartaban discretamente a su paso, como si una fuerza invisible los empujara a cederle el camino. Incluso los hombres que antes eran imponentes parecían perder algo de su compostura en su presencia.

Los chicos seguían a mi alrededor, Alec había aparecido en algún momento junto a nosotros y Hades continuaba apartado.

El hombre misterioso se detuvo en el centro del salón, y sus ojos recorrieron la multitud, deteniéndose brevemente en cada rostro como si estuviera memorizando cada detalle. Sin decir palabra siguió caminando hasta desaparecer por una puerta que ni siquiera había visto antes.

Los invitados continuaron las conversaciones que habían detenido, sin embargo la tensión de la atmósfera seguía manteniendo los músculos alerta.

–¿Quién era ese?– susurre sin girarme hacia los chicos.

–Ni idea, pero no parece amigable– lo creí, porque Logan parecía igual de confundido que yo.

–Ni que lo digas.

La puerta se había cerrado tras él, y el murmullo comenzó a llenar el salón, casi como un suspiro colectivo de alivio.

En ese momento mi objetivo principal pasó a descubrir quién era el señor misterioso que había cambiado tanto el ambiente.

La puerta se abrió de nuevo y el hombre regresó, esta vez acompañado con el que había sido el inicio de esto, Tovias Grown. Miré a los chicos de inmediato, casi demasiado ràpido para no levantar sospechas.

Se movieron hasta llegar a un extremo de la gran mesa que había al centro del salón, ya con todo preparado para iniciar la cena. Apreté la mandíbula al estar tan lejos de ellos y no poder escuchar lo que hablaban.

Entonces levantó la mirada, como si volviera a analizar la sala. Rasgó su garganta con un sonido áspero y gutural que reverberó entre las conversaciones y las silenció por completo.

–Ahora que todos estamos aquí, podemos comenzar– con un gesto de su mano invitó a los presentes a tomar asiento– Tomad asiento, por favor.

Como él dijo fui hacia la mesa, acercándome todo lo posible a su posición, sin embargo algo me lo impidió.

–Ni se te ocurra, cada metro de distancia es más seguridad de la que crees– era Hades, se había dignado a acercarse. Con su mano en mi cintura me alejó, nos acercamos a la parte opuesta de la mesa, donde los chicos ya estaban sentados. Hades movió la silla, invitándome a sentarme y luego se sentó a mi lado.

Los invitados tomaron asiento, los líderes intercambiaban miradas, intentando medir la situación. Entonces, al menos diez camareros se acercaron, con bebidas en sus manos, sirviendo a todos los presentes de distintos vinos caros.

–Gracias a todos por asistir, disfrutar de la cena -- su voz paralizaba y era notable los intentos por mantener la compostura en muchos de los presentes.

Los chicos estaban a mi lado y enfrente de mi, parecían tranquilos, pero sabía que estaban preparados para cualquier cosa.

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Hola, holaaa

Haré capítulos más cortos, como ya ven. Espero que difruten de la lectura. :)

E. ❤️🖤

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⏰ Última actualización: Jul 14 ⏰

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