Capítulo 49

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Saboreé a Alec, me llenó la boca varias veces, pero obedecí lo que me dijo. Lo mantuve en mi boca sin tragarmelo. Logan me había regalado varios orgasmos inimaginables y nuestros fluidos llenaban tanto mi entrada que se resbalaban por mis piernas y formaban un charco en la cama.

Me había abierto las piernas aún más y no sé qué es lo que hizo pero su polla llegó a sitios de mi interior que jamás había sentido.

El ambiente estaba cargado de calor y de olor a sexo, mis ojos seguian liberando lagrimas cada vez que Alec empujaba hasta al fondo de mi garganta y mis gluteos dolian de como Logan los cogia para darme cada estocada más dura y profunda.

Llegue a un orgasmo tras otros, no terminaba de disfrutarlos que el siguiente ya empezaba a azotar mi cordura, cada uno más intenso y delicioso que el anterior. Jacob no perdía el ritmo ni la dureza y tampoco parecía querer detenerse, estaba haciendo exactamente lo que dijo.

Hundió su polla en mi con la misma fuerza e intensidad que utilizaba cuando se corría en mi y arqueé la espalda cuando lo sentí. Alec me levantó para besar mis labios llenos de su sabor y me mordió hasta hacerme una pequeña herida en ellos.

–Al final he callado esa boca tan provocativa y problemática–murmuró mientras arrastraba sus labios por mis pechos y mordia mi pezón apretando el otro entre sus dedos sacandome un grito de dolor–Ahora trágatelo todo– sonrió con maldad.

Quería hacerlo, su sabor era asombroso, dulce y salado a la vez, era delicioso. Pero ahora había tocado mi ego con sus últimas palabras.

Logan salió de mi y el vacío que dejó pareció incluso dolerme, sentía que me había removido todos los órganos. Entonces agarró mis pechos con ambas manos y Alec volvió a tumbarse en la cama.

–Estás tardando–recordó empezando a cabrearse–Abre la boca– ordenó.

Tenía toda la lengua impregnada en su semen, blanco y dulce, y abrí la boca para enseñarselo.

–Que bien te queda mi semen por toda tu linda boca, querida–volvió a meter el poco que salía por la comisura de mis labios–Tragatelo, todo–gruñó como advertencia.

Junté mis labios y ví como se le iluminaba la mirada esperando que cumpliera su orden, pero, en cambio, sonreí y escupí en su polla. Lo saque todo y pasé mi lengua por los labios para recoger lo que había quedado y devolverlo a su querida polla.

–No puedo creerlo–Logan se río desde mi espalda y la acarició en círculos–Iré a buscar algo para limpiarte, cielo–la cama se movió y Logan desapareció en el baño de mi cuarto.

Nos dejó solos, a mi y al enfurecido de Alec, todo mi cuerpo tembló cuando me encontré con su mirada y mi intimidad volvió a palpitar.

Agarró mi cuello, subió mi cabeza y cuando estuve a centímetros de su rostro empezó a apretar los dedos a mi alrededor, ahorcándome.

Me falto el aire, me dolió el pecho y sentí como mi rostro se sonrojaba y mi visión se nublaba. Estaba llevándome al borde de la asfixia, pero mi deseo solo crecía.

–Te gusta, ¿verdad?– su mano llegó a mi clítoris y lo estrujo sacándome un jadeo con el poco oxígeno que quedaba en mi–Te gusta que te castiguen y te follen hasta reventarte, ¿cierto?– el dolor en mi centro se intensificó, pero mi humedad goteaba de él.

–Escúchame bien, querida. Te follaré hasta que apenas puedas recordar quién eres– golpeó mi coño– Hasta que haya un maldito molde de mi en tu interior–agarré su muñeca, necesitaba respirar– ¿Quieres que te suelte?– gruñó cabreado.

Las Sombras [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora