Malta en concierto

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Cuando se llegó el día de la presentación los chicos estaban emocionados por presentar su canción frente a un público por primera vez. Eligieron tocarla al final con la esperanza de que los comentarios que fueran a recibir no se olvidaran con el transcurso de las canciones. A la gente le gustó la canción, y bajaron del escenario entre aplausos.

Mientras guardaban sus instrumentos, el encargado, quien los contrataba, fue a verlos para decirles que su canción le había gustado, y que podrían incorporar más de sus canciones en el futuro. Los chicos no podían estar más felices, así que decidieron ir a casa de Simón a celebrar. Al llegar seguían comentando sobre las reacciones de la gente, las posibilidades de presentar más canciones, lo que habría que replicar de esa primera vez. Simón fue a servir bebidas mientras el resto de sentaba en la sala a platicar.

Martín entró antes de que Simón terminara con las bebidas, curioso por el alboroto.

— ¿Qué pasa? —preguntó con una sonrisa mirando a los chicos

— ¡Marto! —dijo Isaza levantándose hacia él— Nuestra canción fue un éxito —dijo abrazándolo

— Ya tengo todo —dijo Simón llegando

Isaza soltó a Martín para tomar su bebida y brindar con todos. Cuando finalmente terminaron, volvieron a tomar asiento para conversar.

— Bueno, y ¿Ahora qué? —dijo Villa

— Pues a componer más —dijo Simón

— Sí, sí, obviamente, pero hay que tener en cuenta que, muy al pesar de Simón, lo que tiene esta canción es que el ritmo no es pesado, sino más relajado, más ligero, no como sus ideas, ¿No? —dijo Villa

— Bueno, en eso tiene razón, quedó mejor con los cambios a la batería -añadió Alejandro

— Sí, yo creo que de pronto apostar por algo más calmado pero igual poniendo algo diferente podría ser lo mejor —comentó Isaza

— Estoy de acuerdo —dijo Simón

— Bueno, eso y hacerle más caso a Marto, ¿No? —dijo Alejandro sonriendo

— Sí, sí, debería de ayudarnos con las canciones; bueno, si quiere —añadió Villamil mirando a Martín

— Claro, yo con gusto —dijo Martín

— Bienvenido a la banda —dijo Isaza levantando su bebida en señal de brindar en su dirección

A partir de ese día, Martín comenzó a asistir regularmente a los ensayos, aportando sus ideas y sugerencias para posibles cambios en las canciones que componían, formando parte, sin saberlo, de la esencia de morat desde un principio.

A la mañana siguiente, un día en que no había ensayo, Simón salió temprano de casa, antes de que Martín hubiese despertado, lo cual no es decir mucho considerando que se encontraban en periodo vacional. Sin embargo, la reciente actitud secretiva uqe había adoptado su hermano, en conjutno con situaciones como la de ese día, le hacían preguntarse, qué era lo que estaba sucediendo.

Simón por su parte, se encontraba en una florería cerca del centro de la ciudad, a unas cuadras del lugar en el que se encontraría con su cita, debatiéndose si llevar o no una flor, ¿sería extraño? o, por el contrario, ¿era lo correcto? ¿era lo que se hacía? Había muchas preguntas que vienen con los nervios de una primera cita, la primera cita en forma. Decidió no llevarla, era mejor saber antes si le gustaría o no la idea.

Siguió su camino hacia el lugar del encuentro y esperó hasta que finalmente vio llegar al chico castaño algo más bajo que él.

— Hola —dijo Simón saludando al chico con un abrazo

Nuestras Canciones (Sobre El Amor Y Sus Efectos Secundarios) || MoratDonde viven las historias. Descúbrelo ahora