Punto de quiebre

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Simón se encontraba preparándose un bocadillo en la cocina cuando escuchó que llamaron a la puerta. Dejó de lado lo que hacía para acudir a ver quién era, sin embargo, su corto camino se fue interrumpido por Martín, quien apareció sorpresivamente diriiéndose también a la puerta

- ¿Y usted qué? ¿De dónde salió? -preguntó Simón sonriendo confundido

- Ah, Moncho -dijo mirando en su dirección al notar de pronto su presencia antes de comenzar a avanzar de nuevo

- ¿A quién espera? -preguntó con una tono pícaro

Martín se detuvo <<¿Qué?>>, respiró y lo miró de nuevo esta vez alzando una ceja

- ¿Perdón? -dijo sonriendo

- ¿Espera a Sarah? -comenzó- ¿O a Isaza? -añadió después de una pausa

- Primero que nada, no sé qué quiso decir y en segundo lugar ¿Qué se supone que significa eso?

- Nada, solo es curiosidad -dijo volviéndose a lo que hacía en la cocina

Unos momentos después, Martín volvió con Alejandro

- ¿Ve? Es Alejo -comentó Martín molestando a Simón

- ¿Entonces esperaba a Alejo? -respondió Simón en el mismo tono

- ¿Me perdí de algo? -Intervino de pronto Alejandro

- No

- Sí

Respondieron simultáneamente los hermanos

- Si es mal momento mejor me voy -dijo Alejandro con una risa

- No, no, yo me voy a terminar unos pendientes -respondió Martín saliendo del lugar

Cuando finalmente regresó a su habitación no pudo evitar que su mente comenzara a bombardearlo con miles de preguntas: ¿Qué acababa de pasar? Entendía que quizás a Simón le gustaba molestarlo, y de cierta manera lo entendía con Sarah, pero ¿Porqué Isaza estaba incluido en su rara formulación de pregunta? Esto no le gustaba nada, sabía que Simón se enteraría en algún momento, no era tonto, iba a darse cuenta de que cada vez convivían más y que compartían bromas que solo ellos entendían, pero esperaba que fuera luego, tarde, cuando ya hubiera ganado o perdido el concurso, cuando finalmente tuviera un resultado y hubiera tenido tiempo de pensar en algo que decir; pero no parecía que pudiera ser así.

Se recostó en su cama mirando al techo, pensando, esperando obtener la solución, pero no sería tan sencillo. No dejaba de preguntarse ¿Sería que Simón había visto a Isaza el otro día? Y, de ser así, ¿Por qué no dijo nada? ¿Por qué esperó hasta ese momento para hacer ese comentario? ¿Qué quería decir ese comentario?! Quería esconderse, negar todo; había llegado demasiado lejos como para permitir que Simón descubriera ahora que de hecho estaba pasando algo, tenía que ser más cuidadoso, discreto. Pero se detuvo un momento, en medio de todo su frenesí mental, pensó en Isaza, en cómo podría hacerlo sentir; Martín sabía que Isaza era consciente del aprecio que le tenían sus amigos, incluyéndolo a él mismo, pero también había notado lo sencillo que le parecía simplemente hacerse a un lado, lo fácil que pensaba que podría ser reemplazado. Martín no era particularmente cercano a Isaza, no hasta hace poco (mucho?), pero ahora que había tenido la oportunidad de conocerlo mejor y era capaz de notar esas cosas, no iba a permitir que Isaza se sintiera así, no si podía evitarlo y definitivamente no si era por sus acciones.

Después de un rato llamaron a la puerta de nuevo y Martín se obligó a quedarse donde estaba, bajaría cuando el ensayo iniciara, si podía, un poco antes. Decidió entretenerse poniendo un poco de orden a sus cosas, separando y preparando lo que necesitaba para trabajar con Isaza, cuando finalmente tuviera oportunidad; una vez hubo terminado se recostó de nuevo a esperar. Comenzó a relajarse hasta sentirse ligeramente adormilado, cerró los ojos y después de lo que le parecieron solo segundos escuchó la puerta de su habitación. Se incorporó rápidamente frotándose los ojos tratando de despertar y miró a su invitado

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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Nuestras Canciones (Sobre El Amor Y Sus Efectos Secundarios) || MoratDonde viven las historias. Descúbrelo ahora