Mad at Disney (Isaza)

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Las clases, las conversaciones, las tareas, todo había marchando bien ese día y cuando llegó a casa solo podía sentirse de una forma. Estaba cansado. Entre la escuela, ensayar por su cuenta, organizar los ensayos, cuidar a su padre... estaba comenzando a ser demasiado para él, y finalmente tenía el espacio para hacer una pausa, y descansar un momento si así lo quería.

Había sido un buen día y tenía el resto de tiempo para él, pero eso no sucedía tan seguido y no estaba seguro de qué hacer. Tenía guardado un truco que Villa le regaló hacía ya varios meses y que no había salido del cajón desde entonces, quizás era momento de probarlo. Sacó los elementos y comenzó a examinarlos, jugueteó con ellos en espera de entenderlos y cuando finalmente creyó tener una idea de cómo hacerlo, intentó realizar el truco lentamente, observando cada parte, analizando el funcionamiento. Los elementos se pasearon entre sus manos una y otra vez, progresivamente más rápido hasta que todos los movimientos se volvieron fluidos y estuvo satisfecho con el resultado, finalmente lució como un truco apto para presentar a otros. Después de sentir que lo tenía dominado y sin nada más que hacer, pensó en llamar a Villa, pasar el rato, divertirse olvidando todo, pero sabía cuál sería su respuesta, tenía deberes; él mismo los tenía, pero, a diferencia de Villa, él no podía obligarse a hacerlos, no siempre; es decir, la carrera le gustaba, era justo lo que había elegido y esperado, pero no siempre resultaba sencillo sentarse a hacer las cosas. Así era como terminaba en este tipo de situaciones, y es que no podía recordar qué más hacía, cuando tenía tiempo ¿Tocar la guitarra? Eso lo hacía en los ensayos ¿El teclado? Lo usaba para componer canciones, era bastante similar, ¿La magia? Bueno, realmente no tenía tantos materiales y difícilmente le tomaba tanto tiempo como para elegir distraerse con eso.

A veces se preguntaba cómo sería preocuparse tanto como sus amigos, estresante, en definitiva; de cualquier manera, él no era un mal estudiante, solo era bastante promedio en comparación con el resto de sus compañeros de banda y, en ese sentido, sabía que a veces a sus amigos les hacía falta un descanso. Decidió llamarlo.

- Quiubo, Villa, ¿Cómo va?

- Quiubo, Isa, bien, bien ¿Pasó algo?

- No, no, quería saber si tiene planes

- ¿Cómo así?

- Sí, pues, para hacer algo, ¿Está ocupado?

- ¿Con la banda?

- No, no, usted y yo solamente, pues, para pasar el rato

- Ah... Sí, sí, dele, hoy terminé pronto

- Bueno, podemos invitar a Moncho y a Alejo pero creo que ellos van a ser más difíciles de convencer

- Ja, ja, cierto. Bueno, deme cinco y me pongo en camino

- Bueno pues, acá lo veo. Chao

Después de un rato alguien llamó a la puerta e Isaza acudió a recibir a su amigo

- Siga, siga -dijo una vez abrió

- Gracias

- Bueno, ¿Qué quiere hacer?

- Uy, no, ¿Cómo así que me invita y no sabe ni qué?

- Ja, ja, ja, uy, pues, juguemos algunas partidas de FIFA

- Me parece

Después de un buen rato de juego tras juego y varias derrotas a Villamil, ambos decidieron que lo mejor sería cambiar de actividad, por el bien de la amistad

- ¿Quiere ver algo?

- Sí, sí

- Veamos qué están pasando

Nuestras Canciones (Sobre El Amor Y Sus Efectos Secundarios) || MoratDonde viven las historias. Descúbrelo ahora