Mercurio

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Había logrado pasar desapercibida las primeras tres horas. Había terminado en Gryffindor que de hecho esperaba. Pottermore no se equivoca. Ya saben, una vez es coincidencia, dos es casualidad, pero tres ya es destino. Las tres veces me salió Gryffindor y ahora el sombrero que sabía la verdad también lo decía.

El único problema era que no recordaba bien mi propio nombre aquí. Lo único que me salvó, fue que mis padres habían hecho bordar mi nombre dentro de las tunicas. Supongo que para que no la perdiera. Gracias Merlin.

Ahora, no sé cómo termine sentada en medio de Remus y James, pero el último no paraba de hablar sobre ser amigos. Había olvidado hace mucho que no le di la mano, perdonando mi falta de modales.Aun así me había integrado como uno de ellos y no paraba de tomar mi mano o mi brazo.

Me estaba poniendo de los nervios, su toque me hormigueaba. Necesitaba un plan para alejarme de los protagonistas, más estos que reciben un final demasiado trágico. Solo que no me veía capaz de hacerlo. Estaban siendo demasiado tiernos y yo era débil ante la ternura.

"¿Entonces que dices?" Yo dejé de mirar mi plato de comida y miré a James confundida.

"¿Ah?"

"Te dije que no estaba prestando atención"

"Cállate Sirius" le lance una uva que estaba en el plato de Remus. No se de dónde vino tanta familiaridad. Suponía que era el hecho de que lo conocía, literariamente. Pero era familiaridad.

"¡Oye!" Me quiso lanzar una papa frita, que le dio a James y este como venganza de lo regreso. Solo que Sirius lo esquivo y termine dándole en la cabeza a uno de Slytherin y este molesto, le lanzó un trozo de pastel. En un segundo, se había convertido en una pelea de comida.

Comida iba y venía de todas las mesas. Podría escuchar a los profesores tratando de poner orden. Aunque realmente no supe de donde salió ese trozo de carne, que terminó en la cara de la profesora McGonagall.  Todos nos quedamos quietos al ver esta acción.

Unos segundos después comenzaron a preguntar quién había sido el que comenzó todo. Los cinco nos quedamos viendo. Sin decir nada, solo que como era de esperarse. El de Slytherin nos echo la culpa, que de hecho si teníamos.

Es por eso que nos encontrábamos en el despacho de la profesora, escuchando una charla sobre buenos modales y el desperdicio de la comidas. Mientras yo jugaba con los relieves de mi varita. No tenía idea de qué tipo era, ni que núcleo tenía. No sabía absolutamente nada. Estaba en blanco al respecto de información sobre este cuerpo.

"¿Me está escuchando señorita Moon?" Me sobresale al escuchar el apellido de este cuerpo, asentí.

"Bien, lo mejor es que los lleve a su sala común, pues sus prefectos ya deben estar en sus respectivos cuartos" asentí una vez más.

El camino fue algo confuso, de hecho Harry tenía razón, era un laberinto confundo y lleno de curvas y escaleras. Me empecé a marear, para cuando por fin llegamos al retrato de la Dama Gorda. La clave, como era de esperarse era algo bastante Random.

"Bien, les recomiendo que duerman, pues mañana su primera clase será conmigo y no los quiero ver llegando tarde" los 5 asentimos y subimos a nuestros cuartos.

Había sido un día largo, sin embargo, no me sentía cansada en lo absoluto. Al llegar a mi habitación, fácil de encontrar, pero difícil de llegar. Pues estaba en el quinto piso. El apellido estaba escrito en una placa sobre la puerta.

Mis compañeras se encontraban conversando sobre sus vidas y vacaciones. Al entrar se callaron, viéndome con el ceño fruncido. Era de esperarse, total, el Slytherin nos señaló en frente de todos. Las niñas eran a las que menos les gustó la pelea de comida. Ellas se encontraba debajo de la mesa cuando sucedió.

Trate de ignorar su mirada y urge en mi baúl, buscando toalla y artículos de limpieza para poder bañarme. Lamentablemente solo encontré mi toalla color rosa pastel. Como la mayoría de mis cosas. Al parecer amaba el rosado. En mi otra vida, lo toleraba. Tomé un largo suspiro y miré en dirección de las niñas, ella me vieron furiosas, dejando de murmurar entre ellas.

Entendí el mensaje, tomé mi toalla y mis sandalias de baño, rosa también. Y salí de la habitación, rumbo a la desde ahora, serían mis nuevos amigos.

Autora:

No se cómo abordaré esta historia, pero me estoy dejando llevar.

Con amor.

Rose 🌹

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