Supernova

28 4 0
                                    

Los meses que siguieron al beso con Remus, fueron demasiado ajetreados. Por un lado, ya era complicado esconderme con James y besarnos. Ahora se sumaba Remus. Apenas tenía tiempo para estudiar y mantener mi promedio sobresaliente.

Aunque lo más difícil fue ocultar lo mucho que me gustaban esos dos individuos. Más cuando veía a James coqueteando e intentado conquistar a Lily, por alguna razón me dolía verlo. Aún sabiendo que eso era lo que tenía que pasar.

Pero ahí estaba Remus, consolandome en silencio. Besándome para reconfortar mi confundido corazón. Y lo conseguía, me sentía realmente feliz en sus brazos. Sin dejar de lado a James, que me secuestraba para besarme.

"Moon, no tienes idea de lo mucho que me encanta besarte" murmuraba el chico de lente frente a mi. Su sonrisa aplastaba todo el dolor que sentía antes, al verlo con ella. Yo no respondía, solo volvía a capturar sus labios entre los mios, evitando dar una respuesta.

Realmente no sé cómo sobreviví al cuarto año, de hecho, no sé cómo sobreviví luego de besarlos.

Pero lo hice y aquí estába, en quinto año. Mis labios hinchados por haber sido besados todo el día. Había olvidado que estaba lidiando con chicos hormonales, que no podían parar de arrinconarme en cada callejón.

El único tiempo libre que tuve era en la noche en la que se iban al bosque prohibido para acompañar a Remus en la luna llena. Habían hecho lo de los animagos. Cada uno se veía totalmente adorable.

Yo había planeado hacerlo con ellos, pero me arrepentí en el último momento. No porque no quisiera, si no más bien, era para poder cubrir sus cuartadas. Además, si venían a buscarlos a su habitación tenía todo planeado. De todas formas paso más tiempo aquí, que en mi propia habitación.

Desde segundo año, empecé a quedarme a modo de pijamadas. Solía dormir con James, porque es el que me lograba calmar en las pesadillas. Remus me ayudaba a conciliar el sueño cuando tenía insomnio. Lo me llevo a quedarme más tiempo en su habitación, llegando a tener algunas de mis cosas en sus baúles, menos el de Peter.

Para cuando comenzamos a besarnos con los dos, decidí que lo más seguro era dormir con Sirius. A él le encantó, podiamos pasar horas hablando de cualquier tontería y algunas veces, de chicos y chicas. Si, también me gustan las chicas.

En el momento que Remus y yo pasamos de ser no solo mejores amigos, si no también casi algo. Sirius se convirtió en mi nuevo confidente, llegando a confesarle lo de James y Remus. Al principio, tuve miedo. Ya que sabía que a Sirius le gustaba Remus.

"Lo sabia" lo mire confundida "sabía que estaban en algo"

"¿Como lo supiste?"

"No eres la más disimulada exactamente" me sonroje.

"Lo siento"

"¿Por Remus? Cielo, lo amo, pero amo más verlo feliz... Y besarme con más personas" de hecho eso no me sorprendía.

"Gracias"

"Siempre pequeña" acarició mi cabello y siguió leyendo junto a mi en la cama.

No fue una sorpresa para mi el que lo lograrán. Sin embargo, si me sorprendió que fuera a la segunda vez. Fue tan divertido verlos mirarse al espejo de Sirius, más James, que sus cornamentas chocaban con las camas.

Pero el premio al mejor momento divertido del año. Verlos intentar convertirse una vez más en humanos. Sirius no lograba deshacerse de su cola, James parecía un Minotauro y Peter... De todas formas ya parecía una rata despreciable para mi. No había diferencia.

No podía parar de reír al ver sus intentos. Era tan divertido de ver, que mi estómago me dolía y mis mejillas estaban entumecidas, rojas por el esfuerzo. Los chicos no paraban de ordenarme que pare, pero era imposible.

Cuando lograron por fin, volver a ser ellos. La luna estaba en lo alto del cielo. Era hermosa de ver, hasta que recordaba lo que significaba para Remus.

"Es hora de irnos" James me saco de mis cavilaciones.

"Suerte chicos"

"No la necesitamos preciosa, somos los mejores" rode los ojos ante el comentario narcisista de Sirius.

"Si, si" agite la mano "bien, recuerda Peter, hay un nudo que debes tirar para que el Sauce boxeador de detenga y ustedes puedan entrar"

"Bien, vayan" Peter y Sirius caminaron a la puerta, hablando sobre apodos que quedarían acorde a sus animales.

"¿Estarás bien sola?"

"Cariño, deberías preocuparte más por ti, después de todo, estarás frente a un hombre lobo" lo vi mirarme con una sonrisa "¿Que?"

"Me dijiste cariño" me sonroje, no lo había tomado en cuenta.

"Ajá..." Mire a otro lado "¿Esta mal que lo haga?"

"En lo absoluto" se acercó, tomando mi rostro "es perfecto" me atrajo a sus labios. Besándome con lentitud, podría apostar que era ternura. Pero no quería pensar en eso, solo cerré los ojos y disfrute el momento.

"Debes irte, los chicos esperan" susurré contra sus labios.

"Si..." Me beso una última vez antes de correr a la puerta e irse en dirección del bosque prohibido.

"Sip, estoy absolutamente jodida" murmuré para mi misma, dejándome caer sobre la cama de Remus.

Una hora después podía escuchar los aullidos provenir del bosque. Cerré los ojos al imaginar a ellos jugando y cuidando a su amigo, haciéndome sonreír.

En ese momento, en ese lugar y en ese año. Por fin me sentía como en casa. Me sentía feliz y segura. Quería que esto durará para siempre, pero sabía que no sería así.

Necesitaba idear un plan para proteger a James de su muerte en el 81. Había estado pensando, calculando y maquinando, diferentes formas de hacerlo. Tardaría un tiempo. Sin embargo sabía que lo lograría.

Se que se preguntan el porque no pensaba en salvar a Lily. Y lo hice, el primer y segundo año. Hasta que se volvió mi bully personal. Cuando estaba sola y ella me encontraba, trataría de orillarme a un callejón para insultarme de todas las maneras posibles. A veces pegaba chicle en mi cabello, algo que Madame Pomfrey solucionaba de inmediato. Solía preguntarme quién lo hizo, más nunca dije quien fue.

Luego, robaría mis pergaminos de deberes y los presentaría como suyos. Lo que me llevaba a hacer dos deberes distintos. Uno con la mano derecha. lamentablemente, me volví ambidiestra a la mala. Haciendo el otro deber con la izquierda.

No tenía la menor idea del porque ella me molestaba, tampoco se lo pregunté. Así que solo me resignaba, diciéndome que era una forma de aprender más. De hecho, todo eso no me molestaba tanto como ver que la elogiaban por sus buenas calificaciones, que yo había escrito.

Era un secreto que trataba de ocultarlo de los chicos. No quería que se vieran obligados a odiarla. Además del hecho de que James y ella debían terminar juntos. No podía interferir en eso.

Aunque me dolía ser espectadora de lo mucho que mis dos chicos la adoraban. Observar sus interacciones, sus sonrisas para ella, perforaban mi corazón.

Y aunque Sirius dijo que era mala disimulando. No tenía idea de lo buena actriz que era.

Autora:

No es para mis antiguas lectoras novedad, lo mucho que odio a Lily.

Con amor,

Rose 🌹

SaturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora