Redención

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Sam se despertó sintiéndose descansada lo cual agradeció pero aún tenía un pequeño problema, Daryl dormía abrazado a su espalda y ella solo quería salir de ahí sin tener una charla incómoda o que despertara pero estaba atrapada entre él y la pared. Suspiró resignada mientras volvía a cerrar los ojos, empezó a sentir besos en su espalda y su cuerpo se tensó

- ¿Daryl? - le susurró

- shhh - le dijo en el oído mientras comenzaba a dejar besos en su cuello, Sam se apartó y se giró para verlo

- ¿que? Es decir... ¿Que? - su cerebro no lograba formar una oración completa al tenerlo tan cerca

- Lo lamento Sammy, debí estar medio dormido todavía

- debo irme - le dijo ella sintiendo el calor en sus mejillas

- claro - le respondió acomodándose boca arriba

- ¿podrías correrte?

- estoy cómodo así gracias - sabía lo que estaba haciendo, si quería salir de ahí debería pasar sobre su cuerpo y el espacio era demasiado reducido, bien pensó Sam, si quiere jugar juguemos. Se incorporó y paso una pierna sobre él quedando sobre su cuerpo sentada, se inclinó apoyando las manos a los lados de su cabeza mientras su cuerpo se presionaba al de él. Daryl gruñó al sentirla tan cerca y la tomó de la cintura acercándose más y ella gimió en su oído

- Sam no hagas eso - le pidió y ella sonrió, se acercó a sus labios y los rozó

- ¿Quieres esto una última vez?

- no quiero que sea la última vez Sammy - le susurró agitado capturando sus labios en un beso lleno de necesidad, ella se separó y se quitó la camisa aún sentada sobre su cuerpo, él se incorporó y empezó a dejar húmedos besos en su cuello haciendo que ella se aferrara a sus hombros - pídeme que me detenga y lo haré - Sam agradeció que hubiesen usado sábanas para cubrir las rejas de la celda y así poder tener intimidad.

- No, no quiero que te detengas - le susurro y ambos se entregaron al placer de volver a estar juntos.

Sam se vistió tan rápido como pudo maldiciendo el haberse dejado llevar pero lo necesitaba, lo necesitaba casi tanto como respirar y eso la asustaba.

- ven - le dijo acercándose a ella, Daryl ya se había vestido y le desabrochó los botones de su camisa - estaban mal - le dijo volviendo a acomodarlos. Sam se quedó ahí hipnotizada mirando como cerraba su camisa concentrado en los pequeños botones - mucho mejor - le dijo cuando terminó, ella levantó su mano y acaricio su mejilla

- tu cabello está largo - le susurró corriendo el pelo que le impedía ver sus ojos azules - pero me gusta así

- Sammy ¿Vas a perdonarme algún día?

- Te perdone hace mucho Daryl... pero no puedo... no puedo pasar por esto de nuevo, ¿que me asegura que no volverás a dejarme?

- No quiero perderte Sammy y me di cuenta en el momento en el que decidí seguir a Merle que ya no es lo que quiero, quiero esto contigo

- Si eso es cierto deberás demostrarlo Dixon... porque tengo miedo de lo mucho que te necesito

- ¿Me amas todavía?

- No creo ser capaz de dejar de amarte - le dijo dejando un beso en sus labios antes de salir de la celda. Daryl sonrió antes de tomar sus cosas para empezar un nuevo día, definitivamente no estaba todo perdido.

-¿podrías dejar de seguirme princesa? - le dijo Merle mientras destrozaba unos colchones

- nop - ella se había sentado mirando lo que hacía - me aburro y pensé que molestarte sería divertido

El Corazón De La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora