Epílogo

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Seis meses después 

- ¿Dónde está Daryl? - le preguntó Sam a Carl cuando bajó las escaleras después de vestirse, se había despertado sola y eso era extraño porque Daryl rara vez la dejaba sola en las mañanas, sobre todo porque ya casi era el momento del nacimiento de su hijo

- Dijo que iría a cazar - le respondió el chico mientras leía un libro 

- ¡oh eso es simplemente genial! - exclamó la chica 

- ¿paso algo? - Carl apenas levantaba la vista del libro que leía 

- Bueno o me orine los pantalones o mi fuente se acaba de romper - le respondió Sam sujetándose de la barra de la cocina - ¡Mieda! - grito cuando el dolor de una contracción llegó hasta ella asustando al chico que tiró el libro y corrió a sujetar a la chica  - definitivamente no me orine - le susurró agitada - Carl necesito que vayas a buscar a Rosita o Tara o a cualquier mujer que encuentres 

- Sammy, todos salieron, hoy era dia de intercambio de provisiones ¿recuerdas? - lo había olvidado, claro que con el dolor que sentia no podia pensar con claridad 

- Necesito que me ayudes a llegar a mi habitación Carl, no creo poder ir hasta la enfermería y vas a tener que ayudarme a que nazca mi hijo - No puede estar pasando esto de nuevo, pensó la chica recordando a Lori - ¿podrás hacerlo? 

- Estoy aquí Sammy y no voy a dejarte sola - la ayudó a llegar a su habitación y la recosto en la cama, la chica se desnudó de la cintura para abajo mientras le pedía que buscara toallas limpias y trataba de controlar su respiración con cada contracción. Carl se sentó a su lado y le sostuvo la mano mientras con una toalla húmeda limpiaba el sudor de su frente. 

- Es hora - le dijo después de un rato 

- ¿cómo lo sabes? - el chico solo podía pensar en la última vez que asistió un parto y en cómo las cosas se habían complicado hasta terminar con la vida de su mamá 

- Porque soy enfermera Carl - le dijo apretando los dientes cuando otra contracción llegó 

- Esta bien, esta bien Sammy lo haremos juntos en la próxima contracción ¿si? - la chica solo podía asentir con la cabeza mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas. Cuando el dolor paso respiro profundo para prepararse para la próxima contracción, comenzó a pujar con todas las fuerzas que tenía mientras Carl le susurraba palabras de aliento a su lado. Pasó media hora y las fuerzas de Sam se agotaban 

- No, no puedo mas - lloraba la chica 

- Si puedes Sammy, si puedes - el chico la ayudo a sentarse y se colocó detrás de ella - lo haremos juntos una vez más  - en la siguiente contracción la chica pujo con todas las fuerzas que le quedaban mientras dejaba salir un grito por el esfuerzo que fue seguido por un grito de Carl al ver que lo había logrado y el bebe ayudado por las manos de su madre había nacido por fin. Sam lo tomó entre sus brazos mientras cortaba el cordón que aún mantenía al bebé unido a ella - Es una niña Sammy - le dijo el adolescente al verla

- Bienvenida al mundo Morgan Dixon- le susurro a su hija besando su frente. 

Una hora después Daryl apareció con algunos conejos que había logrado cazar, bastante contento de la buena suerte que había tenido pero en cuanto entro a la casa y vio que su esposa no estaba leyendo en el sillon como acostumbraba a esa hora, su corazon comenzo a latir sin control, dejó caer los conejos y corrió escaleras arriba abriendo la puerta de golpe quedándose congelado en la puerta al ver a Carl sentado en la cama junto a su esposa que sostenía un bulto en sus brazos y entonces lo escuchó, el pequeño bulto lloraba 

- Felicidades Dixon, acabas de despertar a tu hija - le dijo Sam con una sonrisa, Daryl se acercó a la cama como si estuviera siendo jalado por algún especie de imán y Carl se corrió para darle espacio al nuevo padre - Te presento a tu hija amor - le dijo cuando se sentó a su lado mirando como la pequeña niña había dejado de llorar y abría su pequeña boca para bostezar - Morgan este es tu papa - Daryl estaba hipnotizado por la cara de la pequeña que era una mezcla perfecta de ambos 

- Es perfecta Sammy - dijo dejando caer lagrimas que no sabia que estaba aguantando. 


Seis años después 


- Mamá - la pequeña niña miraba por la ventana llamando a Sam - mamá está nevando - Sam se acercó a la ventana y efectivamente nevaba - ¿Podemos salir? 

- Primero vamos a abrigarnos bien linda y luego podremos salir ¿si? - Sam ayudó a su pequeña hija a colocarse los abrigos antes de hacer lo mismo, tomó su mano y salieron de la casa, los demás niños de la comunidad ya estaba allí corriendo bajo la nieve y la joven madre sonrió al ver la escena de su hija teniendo su primer pelea de bolas de nieve pero su sonrisa duro poco cuando sintió la fría nueve estrellarse contra su rostro, busco al responsable y lo vio, Daryl la miraba con una gran sonrisa en el rostro. Se acercó y el cazador la envolvió en un abrazo besando bajo la nieve que caía sobre ellos 

- Oigan, hay niños presentes, búsquense un cuarto - les dijo Carl pasando junto a ellos con Enid de la mano. Sam sonrió sobre los labios de su esposo y se agacho a tomar nieve con la mano para disparar contra el joven que se dio vuelta enojado - Sammy sabes que te amo pero esto es la guerra - tomó un puñado de nieve formando una bola que lanzó hacia ella pero que la chica esquivo y terminó cayendo sobre Michonne que se había acercado a ver a los niños jugar

- ¡Carl! - le gritó antes de comenzar a correr tras él, pronto todos los habitantes estaban disfrutando de una guerra en la nieve, el futuro por el que habían luchado por fin había llegado, las comunidades prosperaban y todos se mantenían unidos, había sido difícil pero lo habían logrado, solo se necesitaba un poco de fe.

 Cuando el frío fue demasiado, todos se reunieron en la iglesia para disfrutar de una bebida caliente mientras los niños escuchaban a Enid y Carl contarles cuentos. 

Disfrutaron de una hermosa tarde todos juntos hasta que Morgan se acercó a ellos y les dijo que estaba cansada por lo que Daryl la tomó en sus brazos y la cubrió con una manta, se despidieron de todos y se encaminaron los tres a su casa. Sam preparaba la cena mientras veía como Morgan y Daryl jugaban en el suelo y sonrió ante la imagen, jamas dudo que después de todo lo que habían vivido tendrian su final feliz. 

- ¿No quería dormir? - le preguntó Sam a su esposo esa noche cuando lo vio entrar a la habitación después de casi una hora, esa noche le tocaba acostar a la niña y cuando lo hacía siempre tardaba mucho en dormirse porque adoraba cuando su papá le leía cuentos para dormir y siempre queria uno mas.

- Siempre es un cuento más y luego otro, quisiera poder decirle que no pero cuando me mira con esos ojos azules no puedo - le dijo acostándose a su lado, ella dejó el libro que leía cuando lo esperaba y se recostó en su pecho mientras él la abrazaba 

- Lo se, tiene los mismos ojos de los que me enamore cuando tenía su edad - le susurro haciendo que el cazador sonriera 

- ¿Todavia me amas Sammy? - la chica se incorporo y lo miro a los ojos tan azules como un dia de verano, los mismos ojos que le había heredado a su pequeña hija 

- Te lo dije una vez amor, te ame durante toda mi vida y lo haré para siempre - le contestó besándolo - ¿Y tu? 

- Sammy te ame desde que te paraste frente a mi con tus trenzas y tu vestido floreado extendiendo tu mano para que vayamos a jugar, te ame cuando me dejaste robar tu primer beso y te ame todas las noches que me abrazabas y consolabas después de un mal dia en mi casa... no sería el hombre que soy si no te hubiera conocido, voy a amarte hasta mi último respiro linda - Sam acaricio su rostro y volvió a besarlo. 

Quizás el camino que habían recorrido no había sido un paseo por las nubes pero al final, todo lo que atravesaron valió la pena para llegar hasta allí, ninguno de los pensaba que se volverían a encontrar después de que el apocalipsis empezó y sin embargo lo hicieron una y otra vez. No solo se habían amado durante toda la vida sino que se seguían eligiendo todos los días porque para él no había nadie más que ella y para ella solo existía el cazador, fueron mejores amigos y lo seguían siendo, habían ido hasta el infierno y de regreso pero lo habían hecho juntos, para la familia Dixon no había nada que fuera imposible si estaban juntos. 

Una vez les había dicho que el mundo les pertenecía a los muertos ahora pero eso no era cierto, les pertenecía a ellos, a los que eran lo suficientemente valientes para apostar al futuro y luchar por el como su familia lo había hecho. El mundo era suyo y lo sería para siempre. 

                                                                                                                  FIN

El Corazón De La BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora