Makoto siempre aspiró a ser un gran ninja sin pensar que ese sueño sería el desencadenante de un sin fin de actos completamente dolorosos para ella.
Y cuando volvió a toparse con aquella fría y oscura mirada, lo entendió todo. Él solo quería evitarl...
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Era notable que todos se tomaran el tiempo para entrenar con sus sensei.
Shikamaru y Makoto eran los encargados para despedir a los de la arena en la entrada de la aldea. Pero ellos no tenían idea de que los pequeños de la academia los seguirían para también despedirse.
— ¡Muchas gracias por todo, nos vemos pronto! — dijeron al unísono Konohamaru y sus amigos
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— Ya saben niños, sigan entrenado — Temari relucía una bonita sonrisa
La Uchiha algo graciosa volteó a ver a Shikamaru, este solo suspiró aburrido.
— Gracias de nuevo. Les pedí que nos ayudaran dando clases en la academia porque estamos un poco cortos de maestros. Sé que hubieran preferido pasear o...
— No hay problema — soltó Temari — Te ayudé porque me gusta dar clases.
"Si como no…" — rió un poco
— A mí igual. Además estos niños son la fuerza militar del mañana de la aldea de la Hoja, y es importante evaluarlos. — se unió Kankuro
— Sí, bueno, váyanse con cuidado. — mantenía su sonrisa
Al decir eso último Kankuro se apresuró en dar vuelta.
— Llámame cuando necesites ser rescatado, solo avísame y vengo corriendo, niñito llorón. — tenía una risa burlesca
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