Makoto siempre aspiró a ser un gran ninja sin pensar que ese sueño sería el desencadenante de un sin fin de actos completamente dolorosos para ella.
Y cuando volvió a toparse con aquella fría y oscura mirada, lo entendió todo. Él solo quería evitarl...
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A la mañana siguiente, Chishima los llevó a la casa del señor Moso. Según él, era un señor muy importante para esa aldea.
— Su casa no tiene lujos ni riquezas, como las típicas casas de los señores feudales — Tenten susurraba
— Silencio Tenten — Neji era el único callado
— La casa de un señor muy importante debería estar bañada en oro — levantó los hombros ganándose una mirada seria de Neji — ¿Qué? Solo digo lo que se ve siempre
— O sea la verdad en otras palabras — susurró Naruto
— Ustedes, silencio — Neji dijo harto
Una risa peculiar se asomaba por la puerta — En verdad estoy muy apenado por recibirlos en esta miseria. — el señor se sentó frente a ellos
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— Señor Moso — Chishima hizo una reverencia, por acción todos lo siguieron
— Hablas de ese anciano que parece de un albergue de indigentes. — Naruto lo señaló
— Naruto no digas eso — susurró apenada la Uchiha
— Cállate idiota — Neji lo hizo agachar con su mano
— Pónganse cómodos. Oí que ustedes son los ninjas de la aldea de la hoja.
— Así es mi señor, permítame presentarles a Naruto, Neji, Makoto y Tenten.
Mientras él asentía, hablaba — Oí que ustedes están aquí para atacar al guerrero fantasma que atacó la casa de Lord Komei la otra noche. ¿Qué fue lo que sucedió?
— Parece que es un fantasma real — se apresuró Naruto
— No saques esas conclusiones
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