Calidez del sol.

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Al despertar, Stuart experimenta un vacío emocional al percatarse de que Murdoc no está a su lado, en medio de la oscuridad, la impaciencia se apodera de él al no poder tener noción del tiempo que transcurre, sin darse cuenta esta anhelando su regreso, la promesa de Murdoc de volver pronto se ha esfumado, ya que ha pasado más tiempo del que podía contar, sus ojos dejaron de lagrimer, su voz es débil y sus labios estan resecos. En la desesperación encontró la manera de "contar" el tiempo, al menos podía saber los días al ver la comida que le era entregada, un plato con pocas almendras era suficiente para todo el día al parecer, estaba algo cansado de las frutas secas pues casi siempre tenía un sabor a viejo junto con un olor extraño poco apetecible entre otras cosas. La extrañeza suele venir acompañada de una sensación de incomodidad y un afecto peculiar, el recuerdo hiere al corazón que anhela verle otra vez, aceptando que el amor se ve afectado por noches largas y solitarias, marcadas por la ausencia.

La espera tan larga es finalmente concluida con la voz de Murdoc, tan alegre como si no tuviera en cautiverio a un ser humano, el cuerpo de Stuart reacciona instantáneamente ante la voz de Murdoc, encontrando una especie de consuelo junto un amor extraño, percibiendo que solo esto es lo adecuado para el. Necesitando con desesperación un poco de afecto y calor de Murdoc, rogando de rodillas un beso.
Tan fácil para Murdoc el abandonar a Stuart restregando sus sentimientos hasta aplacarlos para luego darle esperanzas, esperando unos ojos llenos de afecto y sumision.

-Buenos días, ¿Cómo dormiste?.

La voz del bajista conmueve el corazón de Stuart, la ausencia que se había grabado en el y la ilusión se transforma en algo tangible cuando el calor enciende una chispa en su corazón.

-Bien, eso creo, ¿Ya es de día?.

-Creo que sí, pero dime, ¿Cómo te sientes el día de hoy?.

-Bien...
(Los sentimientos entrecortados le daban un sentimiento confuso donde quería hacer un vomito verbal, tenía tanto que decir y reclamar pero solo un atinado "Bien" salió de su temblorosa boca).

Una sonrisa fría cae en la cara de Murdoc, incluso diría que la poca luz le da una aura de autoridad pues baña su cuerpo en esta, su espalda es cubierta de la calidez de ese sol que ahora es un privilegio para Stuart, murmurando palabras extranas le da una caricia extendida otorgandole de un poco de calidez, con la fortuna de que el olor a sol quedó impregnado en su memoria.

-¿Estas listo para un espectáculo?.

Hay un atisbo de nerviosismo en la actitud de Stuart, las caricias dulces eran para darle falsedad ante un cariño, pues Murdoc sabe bien que la palabra "espectáculo" es solo una forma elegante de decir que quiere que Stuart se acueste con uno de sus amigos, ya sea tanto por placer visual como por algo economico aunque no le haga falta el dinero, una forma de degradarle aún más, darle un valor sumamente pequeño a algo que simplemente no debería comprarse por simple lógica de ser humano.
Los ojos de Stuart se fijan ante la sonrisa distorsionada de Murdoc y sin pensarlo mucho lo acepta, viendo como los ojos de Murdoc se paralizan para luego mirarlo con desprecio y autoridad.
"Hay que prepararte", una sentencia cae con frialdad, las manos de Murdoc le llevan hacía la salida, abre la puerta, sujeta su collar, toma la cadena para llevarle hacía la ducha y con palabras tan dulces como la vainilla pura le dice que debe arreglarse apropiadamente para la ocasión, acto seguido abandona nuevamente a Stuart no sin antes atar su collar.

Las camaras se ven reflejadas en Stuart, los ojos de los extraños parecen grabar cada parte de su cuerpo, el miedo viene con un cuerpo tembloroso y sudor en frío, la luz le sofoca, el olor a perfume barato es intoxicante, las manos lo cubren por completo, eliminando cualquier indicio de su humanidas, experimentando la sensación de ser reducido a un simple objeto sexual, siendo un simple trozo de carne desechable, escuchando las risas que le aturden, un olor a cigarro entra en la habitación haciendo que este llame su atención, fijando su mirada en dirección al humoo espeso donde se encuentra Murdoc,
Stuart ve como los ojos de Murdoc solo le miran a el aunque estén más personas en la habitación, le hace sentir amado la mirada de murdoc "tal vez me pida esto como una prueba", "solo me mira a mí", "¿acaso seré tan especial para el que solo me puede ver a mi?", la mente es cruel para sobrevivir a eventos llenos de tristeza donde quedan marcados con heridas profundas que no pueden sanar fácilmente, heridas que no son físicas y que no cicatrizan.
Murdoc solo admira y disfruta el ver a Stuart siendo maltratado por alguien más, no se tiene que ensuciar las manos, su sonrisa parece estar tatuada en el, el cigarro es su acompañante en una noche donde el disfruta plenamente, su sadismo es poco humano o demasiado humano, al ser un humano el único ser viviente que disfruta el lastimar a otros por mero placer, así que en lugar de llamarle "monstruoso" sería "demasido humano" como para disfrutar sin remordimientos.

La sesión llega a su fin al amanecer, dejando un cascaron vacío de lo que antes era un humano lleno de esperanzas, Murdoc besa a Stuart, quien al menos puede sentir algo de calidez que no le de tanto asco y desprecio, "haz sido un buen chico" dice con una voz tan calmada como si no hubiese hecho polvo ese cascarón, inundandole con cigarros que le ahogan, tomando un dulce para ponerlo en su boca y pasarlo a Stuart, seguido de esto se aleja.
Murdoc salió a fumar con sus amigos, tan casual y sin penas hablan de formas asquerosas de Stuart, el cual escucha a través de los muros delgados, Murdoc menciona que Stuart le suplico que quería eso y que era un pervertido.
Una mentira despiada que hace romper en llanto a Stuart, se encuentra tan abrumado por la frustración y la rabia que tiene la sensación de querer vomitar, sale hacía el baño para vomitar mientras recuerda las palabras tan sucias y asquerosas que iban dirigidas hacia el...

Exclusivamente tuyo †Studoc†Donde viven las historias. Descúbrelo ahora