Exclusivamente tuyo †Studoc†

Reflejos: El Beso de un Monstruo

Oscura devoción.

Me deseabas tanto, no obstante, no pudiste llegar hasta mí, entonces decidiste devorarme entre vidrios.

Con labios tinte de carmín entre whisky, manos maltrechas que aún tiemblan aún lo intento, sintiéndome abandonado, desamparado ante la mano de un Dios, abro la ventana, tu figura aún es un cuadro en mi mente que te añora, sin embargo tu ausencia marca la claridad ante los recuerdos y el presente.
Estoy en el centro del escenario, rodeado por una multitud que me observa atentamente, puedo ver con claridad al universo tan indiferente, tantas rostros observando y yo solo deseo un beso sincero mientras más te alejas... y solo imploro mientras mi lengua está hechizada para tener eco de mis palabras; "no, otra vez no porfavor" aunque no anhelo la muerte, siento que cada vez esta tomando más a menudo mi mente al sentir mi pecho apretado, mi voz se pierde al aire después de gritar, me siento una montaña un mar y un cristal en un desierto, mis labios serían embusteros si pronunciarán que no están aterrados, pues soy un idiota, no hay nadie más conmigo, solo un cobarde frente a frente en el cristal de luna metálica, deseo únicamente poder sentir tus labios contra los míos una vez más, necesito que sea honesto tan solo está vez, solo suplico por un beso sin sabor a hierro, en este momento, donde no hay miradas expectantes ni necios carroñeros, donde no hay ojos en nosotros, solo así... ¿puedes tocarme y volverme trizas?, solo bastaría con un cálido roze de tus labios para que todo de mi se convierta en arena, estoy tan cansado, tan solo pido un beso sincero, porfavor no dejes que tus bordes al rostro pronuncien que te doy asco, porfavor tócame con suavidad mientras tus dedos frios aun tiemblan mientras tu risa torna sonidos del pasado, vuelve y se alguien tan dulce como la miel, vuelve a como eras antes al menos por unos minutos.

Te escucho, puedo captar el sonido de tu voz retumbar en tu pecho, ¿Tú corazón siempre fué tan ruidoso?, el sonido es tan estruendoso que está acelerando mi pulso y también mis pensamientos, soy consiente de que tu corazón es igual que el mío, lo veo, tan suave como seda bañada en aceite puro, tan rojizo como oleo burdeos con una mezcla de ultramarino que da un color ran profundo que hipnotizaria a cualquiera artista. Mis dedos resbalan al tocarte, sabes que el carmín es de mis colores favoritos y aún así lo usas para seducirme, he encontrado un rubí dentro de tí.

-Me gustas, me gusta tu cuerpo.
(Una voz autoritaria exclamó en lamentos).

-Eres un monstruo, me gustas y me aterrorizas de lo lejos que puedes llegar...

Las palabras de Murdoc eran cortas ante los sentimientos atascados en el burdel de su mente; '"Pero ahora siento que eres parte de mí, que eres como un órgano vital, el centro de mi ser que bombea la sangre y me mantiene vivo, la única persona capaz de despertar en mí una sensación de vitalidad y al mismo tiempo siento un intenso rechazo hacía ella, eres una bestia disfrazada de oveja mansa. Nunca pensé que alguien tan obsceno, lascivo y asqueroso estuviera detrás de esa cabellera azul. No puedo ocultar mi profundo resentimiento hacia ti, Stuart, y cada vez que te veo, mi odio se intensifica, te odio tanto y me repugna el hecho de que yo te haya enseñado todo esto.
Eres tan asquerosamente obsceno que asustarías al mismo Satán".

La voz del mayor sonaba aterrada, su lengua se traba del miedo, su cuerpo estaba paralizado, sus manos se entrecerraron como si estuviera pidiendo piedad inconscientemente.

-Cálmate y deja de fruncir el ceño, te ves más viejo así.
(Ordenó con enojo mientras sujetaba las manos de Murdoc).

-¿Alguna vez me he visto joven?.
(Miro con descaro y respondió con una sonrisa descarada, tratando de que no se notara su nerviosismo y su miedo).

-¿Nunca cambiarás?

-No creo que se pueda hacer otro cambio más, no uno como el que me hiciste...

-Suena como si quisieras ser castigado por tu imprudencia, odio cuando te pones parlanchín.