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Cayó sobre el sillón estirando sus brazos y piernas reduciendo el entumecimiento de ellas, junto a su lado cayó su hermano menor, riéndose y comentando nuevamente la aventura que habían tenido.
A un par de metros, su madre escuchaba atenta, riéndose junto al menor de todos y preguntándole sobre varios detalles de su travesía. Exhaló fuertemente extrañando a sus compañeros de casa y a su novio.
Hace un par de días comenzaron sus vacaciones después de las agotadoras promociones, dando como resultado él en la casa de sus padres dando vueltas de aquí allá, paseando por varios lados ya sea con sus padres, sus hermanos, o todos juntos, como se diera.
Claramente los había extrañado, se había divertido bastante, pero hasta hace un par de minutos le entró el no sé qué y ahora estaba extrañando a su guapo novio, pero San se encontraba casi en su misma situación; viajó hasta la casa de sus padres y también andaban de un lado a otro junto a su hermana.
Claro que se escribían e incluso se llamaban, pero estar juntos la gran mayoría del tiempo les hacía pasar malas jugadas, extrañaba besarlo, abrazarlo, que este le rodeara con sus fuertes brazos y le apresara contra el bien formado pecho que tenía. Uf, pensar así siempre le llevaba por otro lado.
Volvió a suspirar cuando escuchó a su madre llamar su atención desde la cocina, caminó hasta allá viéndola moverse de un lado a otro preparando la cena.
— Woonie, cariño, ¿puedes ir a buscar un par de cosas al mercado? - Le agregó sal al agua que estaba hirviendo - Me hace falta algunos víveres, puedes ir con Kyungmin si quieres.
Asintió de acuerdo yendo a tomar su teléfono y billetera, le ofreció a Kyungmin acompañarlo, pero al verle negar y exclamar que el mercado no era su lugar favorito desistió a la idea de ir acompañado e ir completamente solo. Se puso sus zapatos y salió rápido de casa antes de que su madre regresara con dinero en mano para darle. Compraría él, ganaba grandes cantidades, comprar víveres no le dejaría pobre.
Caminó hasta el mercado y compró lo que su madre le había indicado en un par de minutos. Caminando de vuelta a casa, una tienda llamó su atención. "SexShop" se leía abajo del nombre de la tienda. Alzó una ceja curioso y recapituló las veces que había pasado por ahí en las que nunca vio esa tienda ahí puesta. Seguro era nueva.
Pensó en seguir su camino hasta casa, pero como al gato le mató la curiosidad, no tardó mucho en dirigirse al local, entrando con confianza y ajustando el tapabocas junto a su gorra. Saludó brevemente a la chica que estaba en la caja y se dedicó a observar el lugar.
No había nada fuera de lugar, juguetes sexuales y lencería, además de productos como lubricantes. Adentrándose un poco más en el almacén se enfocó en las orejitas de zorro y el plug con la cola felpuda del animal, no tardaron en llegar varias imágenes subidas de tono de él y su novio.
