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           Leslie golpea nerviosamente, por enésima vez, su lápiz contra el libro frente a ella.

—No tengo ni idea de como comenzar — se queja.

Yo guardo silencio a pesar de que quiero quejarme de lo mucho que me está interrumpiendo.

Sigo tecleando los últimos toques para el artículo de esta semana.

La rubia a mí lado, suelta el suspiro número mil doscientos en lo que va de los cortos treinta minutos que llevo sentada a junto a ella.

—Nic, no eres de mucha ayuda — se queja.

Ruedo los ojos al cielo.

—Dijiste que no querías que te ayudara, solo querías que te hiciera compañía — le recuerdo.

Ahora solo tengo que revisar las fotos que Jake me envió y hacer mi selección para que las editen y las agreguen al artículo.

—Nic, ayúdame por favor — la súplica en la voz de Leslie casi me convence, pero ella dejó muy en claro que sin importar qué, no la debería ayudar.

—Creo que lo mejor será que continúe desde casa — digo, esperando que eso la haga parar.

La rubia a mí lado gruñe con frustración.

—De acuerdo. Perdón, no volveré a pedirte ayuda.

Asiento mientras selecciono las últimas fotografías.

Estoy a punto de descartar una de las imágenes cuando algo, al fondo de la imagen frente a mí, llama mi atención. Hago clic varias veces para acercar el enfoque a la parte que necesito revisar más de cerca.

Estoy enfocada, revisando los rostros de los presentes entre el público que hay en la imagen. Esta fotografía la tomó Jake en el último juego de hockey sobre hielo de la BSU contra la universidad estatal de Cornell. Ahí, en medio de los presentes, hay un hombre sentado. Me resulta bastante familiar y no sé por qué. Esta en un rincón, alejado del resto del público, por lo que la claridad de la imagen no es suficiente, pero estoy segura de que he visto a este hombre antes.

Hago una captura de pantalla y la guardo en mi carpeta, antes de buscar los archivos con las imágenes de los juegos pasados. Quiero saber si este hombre también ha estado en los partidos anteriores.

El único ruido a mí alrededor es el tecleo de Leslie y los clics que genero al usar el ratón del ordenador en el que estoy trabajando.

No tengo mucha suerte con la mayoría de las imágenes, voy de evento por evento y, cuando ya estoy en el principio de la temporada, encuentro de nuevo a mí hombre. Está entre el público de la noche del amistoso de hockey. Entre BSU y Evergreen.

Entorno los ojos mientras hago zoom en las imágenes en las que aparece. Esta vez está en primera fila. No luce muy entretenido con el juego. Se ve cómo un hombre muy elegante y trato de hacer memoria para recordar de dónde es que lo conozco.

Nada.

No es que en realidad lo conozca, de ser así no sería fácil para mí olvidar quien es, es más bien que me parece familiar.

—¿Qué haces? — inquiere Leslie, aún tiene sus ojos, detrás de sus gafas, enfocados en la pantalla frente a ella. Noto que me mira de reojo.

Cierro las ventanas que estuve utilizando hace apenas segundos. No sin antes guardar las capturas de pantalla en mí carpeta de archivos.

—Nada, solo estaba puliendo los últimos detalles. El artículo está listo — digo, apagando el ordenador.

Hockeyclub ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora