Dave York (Mentiras) 1/2

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Dave York --- Mentiras

Te casaste con Dave prometiéndose que nunca iba a haber mentiras entre ustedes. Tuvieron 2 hijas hermosas a las cuales amaban y él siempre procuraba. Y desde unos meses ha estado viajando mucho por su trabajo, ausentándose un par de días o incluso semanas. Siempre piensas que lo habían ascendido, ya que él ejercía como agente desde hace años, pero a veces la ficción supera la realidad de lo que pensabas.

Eran cerca de la una de la mañana cuando la puerta principal de la casa se abrió. Todo estaba a oscuras; Dave no quería molestarse en encender las luces, así que estando así, subió las escaleras para entrar al cuarto de sus hijas. Una de ellas dormía abrazada a la almohada y otra al peluche que le regalo en su cumpleaños del año pasado.

Sonrió y se acercó a cada una de ellas para darles un beso en la frente y arroparlas de nuevo. Salió del cuarto después de encender las luces que daban al techo en forma de galaxia, algo que ambas lo obligaron a comprar una vez que salieron a cenar.

Entró de la manera más silenciosa que pudo a su habitación. Se encontró con tu cuerpo bajo las sábanas, solo que tu piernas izquierda fuera de estas. Se quitó los zapatos y se sentó junto a ti paseando sus dedos por tu piel de la manera más tierna que podía hacerlo.

—¿Cariño?— tu voz lo saco de sus pensamientos. Sonrió al ver cómo te levantabas, porque pudo ver lo que usabas como pijama, una de sus playeras. Alguna vez se lo dijiste, que usabas su ropa para dormir cuando él no estaba, pero nunca te creyó hasta ese momento.

—No quería despertarte— se acercó y dejo un tierno beso en tus labios, que recibiste gustosa.

—Llegaste antes— murmuraste acercándote hasta que sus rostros quedaron unidos por medio de su frente —Te extrañe... y mucho—

—Yo también, cielo— se acercó mucho más a ti hasta poder rodearte con sus brazos —Todavía es temprano... hay que dormir— susurró en tus labios recostándote de nuevo en la cama mientras él se posicionaba sobre ti.

Con eso sabias que "el dormir" se iba a convertir en una cosa muy diferentes, casi siempre era así. Sus labios volvieron a unirse en un beso intenso que después de unos minutos provocó que sintieras un bulto entre tus piernas que se restregaba contra ti.

—¿No querías dormir?— preguntaste desabotonándole la camisa, que después tiró al piso para dejar su torso descubierto que pudiste acariciar al primer momento. —Esto no es dormir cariño— te burlaste de él.

—¿Te encanta burlarte de mí? ¿Mh?— paseó su mano por tu piel hasta llegar hasta el borde de tu braga, sin decir nada metió los dedos debajo de la tela y empezó a masajear lentamente, deleitándose con los jadeos que salían de tu boca. —Entonces... ¿me extrañaste?— regresó a tu boca, posicionándose mejor y quitándose la ropa restante. Metiéndose en las sábanas contigo.

—Siempre lo hago— gemiste lo más silencioso que podías. —Ya hazlo, Dave— suplicaste, él no te hizo esperar más y se introdujo en ti lentamente.

Gimió tu nombre y tú el suyo en reiteradas ocasiones. Hasta que ambos se liberaron en su ansiado orgasmo que habían estado postergando por una semana, la que Dave estuvo fuera de casa.

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Despertaste a la hora en que la debías para preparar las cosas de las niñas para el colegio. Solo que esta vez querías que tus hijas se quedaran en casa para no obligar a pararte y separarte del cuerpo que estaba pegado a tu espalda.

Su pecho subía y bajaba lentamente rozando tu piel. Su rostro estaba a centímetros de tu cuello, permitiéndote escuchar sus pequeños ronquidos mientras su respiración pegaba en tu nuca. Su brazo estaba rodeando tu cintura, haciendo que fuera imposible separarse.

One Shots ---- Pedro PascalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora