Dieter Bravo (Cambio)

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Dieter Bravo --- Cambio

Diana ha estado para Dieter desde siempre, empezaron su camino en la actuación juntos, ambos se le presentó la oportunidad de participar en un proyecto que los llevaría al estrellato, pero era para la pantalla grande, y quien lo aceptó fue Dieter. Ambos se mantuvieron cerca del otro para lo que fuera, eran amigos y los dos sabían que sentía algo hacia el contrario. Pero las acciones que Dieter hacia empezado a exponer, no terminaron de gustarle a Diana.


Me duele, me duele tanto tener que hacerlo, pero ya una vez lo hice, pensé en otra persona en primer lugar, dejándome a mí recibir el daño y todo lo que conllevaba. Y aunque amara a Dieter con todo mi corazón, no iba a dejar que su mundo me contaminara.

Lo desconocía completamente, después de que el aceptó el contrato televisivo, todo cambió. Y pensé que después de tanto tiempo iba a ser igual, que tan equivocada estaba.

Verlo tan descompuesto me partía el alma.


—Si alguna vez tú te alejas de mí, puedo llegar a desconocerme— me acarició el rostro confesándome aquello. Estábamos tomados en mi cámper después de una gran presentación. —No lo hagas, no te alejes de mí. Eres quien me mantiene con los pies en la tierra—

—Siempre voy a estar para ti, Dieter— devolví las caricias, en el costado de su cabeza, acariciando su oreja y mechones de cabello —No hay nada que me haga más feliz que tenerte a mi lado— bese su mejilla con cariño y me quedé ahí, rostro con rostro —Lo juro—

Y surgió el beso tan esperado con el que soñaba todas las noches.


No podía evitar culparme, él ya estaba en la televisión y a mí me llamaron para ser parte del elenco de una obra de teatro a nivel mundial. El teatro era mi vida y no iba a desaprovechar esa oportunidad, y eso hizo que me mudara continuamente y que no nos viéramos tanto como lo hacíamos.

Pero siempre estaba al pendiente de él, hasta que un tiempo después, él dejó de contestar mis mensajes y lo hacía una o dos semanas después. Nunca establecimos lo que éramos, ni siquiera después del primer y único beso que nos dimos.

Pero lo que espere que se mantuviera, era la gran amistad y complicidad que había entre nosotros. Y al parecer, no fue así. Quizás y no lo éramos, quizás y no éramos los mejores amigos, de esos que pueden no hablarse por días, semanas, meses... pero el cariño siempre iba a estar ahí. Al parecer solo era de mi lado.

Ni siquiera esperaba que siguiera sintiendo lo mismo por mí, solo que lo especial que teníamos se mantuviera. Iba a ser feliz si había alguien en su vida y que lo quisiera tanto como él se lo merecía.

Cuando nos reencontramos, lo encontré en un bar borracho, pensé que estaban celebrando. Me reconoció y me llamó a su lado, en toda la noche no me separé de él, puesto que ni siquiera me lo permitió, me tomó fuerte de la mano y su mirada estaba concentrada estaba en mí.

Eso fue lo que me hizo creer que todo estaba bien. Me invitó a una fiesta y yo lo acepté, todo por pasar tiempo con él luego de regresar al teatro. Pero lo que vi no me gustó.

Dos horas después de que llegué, no encontraba a Dieter por ningún lado. Subí a uno de los baños de su casa, y cometí el error más grande al entrar a su habitación sin siquiera avisar.

Estaba en su escritorio, con dos líneas blancas armadas. Y él estaba frente a ellas, inhalando la substancia.

—¿Dieter?— pregunté con nervio. Él lo sabía, o esperaba que lo recordara. El mundo de las drogas nunca me gustó, esa fue la causa de que perdiera a mi papá. Esas porquerías mataron a mi padre de una sobredosis.

One Shots ---- Pedro PascalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora