Pero Tovar (Tentación)

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Tovar --- Tentación

Luego de vagar por el desierto y algunos valles, Pero Tovar encuentra un pueblito poco convencional, sin esperar que encontrase a una chica que lo haría, por primera vez en su vida, preocuparse de manera genuina y desinteresada; Aldara.


Recursos limitados, un caballo que ya está agotado luego de casi 3 semanas de viaje sin parar, es lo que me gane por tratar de conseguir lo que en un principio lo era todo para nosotros.

Will y yo solo queríamos la pólvora, pero el idiota termino enamorándose de una mujer que lo hizo volver 3 días luego de habernos ido de esa gran muralla.

Nunca olvidaré lo que vi y viví ahí, fue lo más aterrador, pero también lo que me ha llenado de más adrenalina en toda mi vida. Sobre todo de la traición de mi amigo, y de un anciano que me botó luego de robarme todo lo que había... robado.

Total, ya había vivido eso, traición, pero no en mi cara. No lo esperaba de él, no de Will, pero, resulta que cuando alguien te roba el corazón, no existe nada que no hagas por esa persona. Mierda, hasta olvidarse de nuestro principal objetivo.

De eso siempre voy a dudar hasta que lo viva en carne propia, aunque lo dudo; siempre he tenido presente a donde quiero llegar y que es lo que deseo. Nadie me hará cambiar de opinión.

Había estado montando unas dos semanas más de las que Will me dejó, según el cerca de una aldea en la que podía reabastecerme y seguir mi camino a donde quisiera, pero al fin de cuentas, una cosa llevó a la otra y termine vagando sin un rumbo fijo.

Sabía que iba al Oeste y con eso me bastaba para no perderme, en algún punto encontraría algo.

Y así fue, un par de días rodeando las montañas, fueron necesarias para poder encontrar una pequeña aldea. Nadie me lo impidió, solo necesitaba descansar por lo menos un poco como se debía y seguir, ya estaba anocheciendo y todas las personas me miraban con curiosidad.

Cosa que me importaba poco.

No tenía con que pagar, y estaba seguro de que no aceptarían carne seca o un maldito conejo destazado como moneda. Tocaría hacerle como en los viejos tiempos.

Luego de sujetar a mi caballo fuera de una de las cantinas que divisé al entrar. Necesitaba y tenía merecido un trago.

No medía nada de lo que estaba tomando, me excedí, estaba seguro de ello. Pero mi espada estaba bien puesta para hacer cualquier cosa. Unos minutos luego de que yo entrara al bar, una mujer entró a la cantina para sustituir a otra que salía del lugar.

Mierda, ya estaba borracho y en todo ese tiempo no pude quitarle la mirada de encima. Era... hermosa, la verdad. Atractiva y fue cuando me di cuenta del uniforme tan demostrativo que usaban, si así se le podía decir.

Podría resultarme extraña su forma de vestir, pero la verdad, luego de ver esas bestias, mujeres que se creían grullas y esa cantidad de estrategia militar que se cargaban en esa muralla, ya nada podía sorprenderme.

Usaban un pequeño conjunto que podía jurar era de cuero. No cubría sus piernas, ni sus brazos. Todo el pecho y espalda estaba muy ajustado y resaltaba mucho el cuerpo de la mujer.

Mierda, Tovar.

<Estás muy borracho y hace mucho que no tienes sexo con nadie, contrólate y lárgate> me dije a mí mismo luego de abofetearme mentalmente.

Eso hubiera sido suficiente para tomar mis cosas, pelearme con el encargado y largarme para seguir con mi camino, pero era como un maldito imán que me jalaba. Es mujer me estaba manteniendo ahí sentado, sin apartarle la vista.

One Shots ---- Pedro PascalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora