O N E S H O T S | Joseph Quinn & Eddie Munson

Fuera de Ley | 4ª Parte ~ Eddie Munson

IV: ¿Dónde está Eddie Munson? 🔎

Papá me obligó a irme a dormir temprano, pues al otro día debía ir a trabajar con él. Intenté dormir como pude, pero el hecho de que Eddie no me hubiera contestado me preocupaba demasiado. Quizás se había quedado dormido o simplemente el walkie-talkie no funcionaba bien, pero temía que le hubiese pasado algo.

No sabía la razón de tanta preocupación por él. Bueno, tal vez lo sospechaba. Pero no podía permitir que me gustara. No sabiendo todo por lo que estaba pasando. No había tiempo para una historia de amor. No debía dejar que mis sentimientos actuaran impulsivamente. Era por el bien de Munson.

No amanecí descansada, más bien lo contrario. Mi cabeza no paraba de darle vueltas a todo lo que estaba viviendo últimamente. El ruido del despertador de Jane fue el que me despertó, aunque en realidad mi mente no había pegado ojo en ningún momento de la noche. Volví a intentar comunicarme con Eddie, pero nada.

Preparé el desayuno de mi hermana y el mío. Mike vino a recogerla para pasar el día juntos y mi mente no pudo evitar imaginarse a Eddie viniéndome a buscar a mí para llevarme a cualquier otro lugar. Estos últimos días me preguntaba a mí misma: ¿Qué hubiera pasado si nos hubiéramos conocido más en otras situaciones?

Todos esos pensamientos se fueron enseguida y me regañé mentalmente por dejar que mi cerebro imaginase esos escenarios. No tardé en alistarme y salí de casa aún preguntándome el porqué de su inexistente respuesta. Cuando pudiese, me escaquearía del trabajo para ir a verlo a la cabaña y me aseguraría de que estuviera a salvo. Solo así me quedaría aliviada. De todas maneras, no salí de casa sin mi walkie-talkie. Debía estar al tanto de cualquier emergencia.

Nada más llegar, note un ambiente caótico. Todo era bullicio y algunos compañeros salían de las oficinas para irse a sus coches patrulla a quien sabe dónde.

Rápidamente me preocupé. ¿Y si habían encontrado a Eddie y era por eso que no me contestaba? ¿Estaba yendo a buscarlo porque habían averiguado su ubicación? Mi cuerpo se tensó y con prisa me dirigí al despacho de mi padre. Abrí la puerta con fuerza sin siquiera llamar.

—¿No sabéis llamar antes de entrar?—Preguntó con molestia mirando aún su papeleo.

—Papá.—Lo llamé y él alzó la vista.

Al verme, relajó su expresión y se puso en pie.

—Hija, te esperaba.—Agarró su pistola, las llaves del automóvil y su chaqueta.
—Andando.—Fruncí el ceño y él se percató.
—Te lo explicaré en el coche. Vamos.—Pasó por mi lado ignorando el hecho de que yo estaba totalmente confundida.

Le seguí hasta adentrarnos en el coche.

—Bien, ahora explícame.—Exigí.
—¿Qué está pasando?—Añadí con impaciencia.