Capítulo 9

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El estudio, orgullo de la familia Taywind junto con el jardín de rosas, era una enorme sala de dos plantas conectadas por un techo abierto. Había una pared que daba directo al jardín y que tenía una enorme ventana de cristal que dejaba entrar completamente la luz del sol, luego, a la derecha e izquierda, los otros tres lados eran enteramente estanterías, excepto por el área alrededor de la puerta de la entrada.

Su extraordinaria colección de libros, que había aumentado a medida que se pasaban de generación en generación, a menudo se comparaba con la biblioteca que el rey tenía en su palacio. Además, si te parabas en algún lugar en medio de las estanterías de abajo, empujabas ciertos libros hacia adentro en orden, luego tocabas el borde y retrocedias, entonces se abriría una sección con una puerta secreta y dentro, encontrarías una caja fuerte personal utilizada por los sucesivos Condes de Taywind.

Allí fue donde dejó el contrato.

Dentro del sobre herméticamente cerrado, había un informe sobre las acciones que habían estado frustrando a Arok desde el inicio y también, un libro mayor que tenía escritas todas las cuentas, cantidades a deber y también, lo que ya estaba pagado. Para su sorpresa y según el informe que le entregó, la mayor parte de los daños habían sido reparados sin el menor de los contratiempos y además, el hombre también fue el completo responsable de administrar el negocio ahora, en el futuro, y por supuesto, de anotar cada uno de los ingresos esperados junto con el ajuste de los detalles de su herencia y la cantidad que se esperaba recuperar.

En pocas palabras, todo se veía de maravilla.

"Realmente lo logró. No puedo creerlo".

¡Fue simplemente sorprendente!

Pero mientras volvía a revisar algunos informes, una pequeña tarjeta se cayó desde dentro del sobre. No tenía comentarios ni palabras sobre el caso, solo, una fecha y una hora.

Y un olor familiar como el infierno...

Carajo, le temblaban las yemas de los dedos.

Dobló apresuradamente el informe que estaba leyendo y después de leer la tarjeta dos veces más, la devolvió a su lugar de origen y lo cerró haciendo un poco de presión con las yemas de los dedos.

Y justo cuando cerró la puerta secreta y se dio la vuelta para irse, una energía pegajosa e infinitamente penetrante comenzó a pegarse a su espalda hasta hacer que el enorme lugar que era su estudio pronto se sintiera igual a estar metido en una especie de prisión a la que le faltaba el oxígeno.

Aunque la puertecita de la caja fuerte estaba correctamente cerrada, la tarjeta de Bendyke había derramado una energía tan acre e intensa que se desparramaba a través de la rendija en forma de una niebla negra que olía extraño. No extraño de feo o asqueroso sino, extraño de... Lascivo.

Arok dio un paso para atrás en un intento de alejarse de su aroma, pero no fue suficiente. Ni siquiera abrir las ventanas y dejar que la brillante luz del sol le llegara de golpe podía desinfectar la profunda lujuria que había empezado a crecer desde adentro de él.

Su carne estaba sensible.

Se le puso la piel de gallina en la parte interna de los muslos y hubo un montón de escalofríos recorriendo todo lo largo de su columna vertebral.

Estaba solo y completamente vestido con un traje, pero igual sintió como si estuviera completamente desnudo ahora.

También, como si se lo estuvieran cogiendo.

Antes de darse cuenta, Arok extendió las manos hacia atrás y se sostuvo del borde de la gruesa madera de su escritorio. Apoyó su trasero allí, dejó escapar pequeños respiros, uno tras otro, y luego comenzó a sentir un profundo arrepentimiento escalando por las puntas de sus pies hasta llegar a su cabeza ¿Por qué le agarró la muñeca aquella vez cuando intentaba detenerlo? Sus palmas hormiguearon en ese momento y lo estaban haciendo incluso mientras se quedaba aquí sentado justo ahora. Era como si tuviera quemaduras invisibles carcomiendo sus nervios. Pinchazos...

En el jardín de rosas (Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora