Capitulo 4

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La mágica vida cotidiana con sus bebés continuó como si fuera una mentira.

El hombre, que observaba a los angelitos dar vueltas alrededor de Arok, a veces recostaba su cuerpo exhausto al lado del suyo y cerraba los ojos igual a si confiara que no iba a escapar de allí cuando tuviera la oportunidad o al menos, que no iba a regañarlo por no ir a su propia recámara en lugar de quedarse en un lugar que no encajaba con el tamaño de sus piernas. Por consiguiente nunca hubo maldiciones, ni resentimientos, solo, una vida diaria feliz justo como si fueran esa "familia bonita" que había esperado ser desde el momento antes de que lo secuestrara en la cabaña.

El médico vino a hacer un chequeo unas semanas más tarde y se sorprendió muchísimo cuando vio a Arok lucir más lucido de lo que había esperado. Decía que era un milagro, porque en primer lugar era bastante inusual en un paciente que había estado inconsciente durante tres meses moverse así de bien o al menos articular más de dos palabras seguidas.

"Por lo general, incluso cuando estos pacientes recobran el sentido, no pueden hablar ni moverse durante mucho tiempo y necesitan comenzar con una rehabilitación que a veces ni siquiera puede corregirlos. Su caso es el de alguien que ayer se durmió y hoy se despierta. ¡Incluso su deterioro muscular es mínimo a este nivel!" Y agregó "¿Cómo lo hiciste?" Mientras se volvía hacia Klopp.

"Lo moví para calentar sus músculos. Le hice ejercicios de piernas y de brazos, en la mañana por dos horas. Luego le daba un baño caliente en la tarde, le movía de nuevo los brazos y piernas durante dos horas más y en la noche hacíamos lo mismo. También le di el medicamento a tiempo, tres veces al día".

"¿Lo hiciste todo tú solo?"

"Pensé que había dicho que no se lo dejara a nadie más".

"¡Eso es porque su cuerpo era tan débil que podía verse afectado por la presencia de otro Alfa! Pero bueno, en realidad pensé que al menos dejarías que la señora Marta o alguno de tus sirvientes beta vinieran a cubrirte. Hacerlo todo por tu cuenta suena a mucho trabajo. Estoy impactado...."

El médico, que estaba evidentemente sorprendido por todo el trabajo, miró a Klopp y sacudió la cabeza. Arok por su parte tampoco podía mantener la boca cerrada al pensar en el hecho de que ese hombre le había hecho ejercitar sus brazos y piernas durante un total de seis horas al día. ¡Seis!

Y después de auscultar cuidadosamente su pecho y espalda con un estetoscopio, el médico palpó meticulosamente todo el cuerpo de Arok, miró debajo de sus ojos y dentro de su boca y le preguntó detalladamente si le dolía la cabeza. Luego sacó un vial nuevo y se lo entregó a Klopp.

"Es el mismo medicamento, pero ahora vamos a reducir la dosis. No hay ningún beneficio al tomar algo tan fuerte durante tanto tiempo si ya tenemos estas mejorías así que ahora solo va a ser una cucharada. Una vez por la mañana y otra por la noche antes de acostarse. Si está demasiado cansado o no tiene energía, simplemente le das una con agua tibia para diluir".

El médico que organizó su maletín miró a Klopp.

"¿Dónde están los gemelos?"

"Abajo."

Entonces Arok, que estaba un poco cansado por el largo examen, abrió los ojos:

"¿Entonces lo de decir que eran gemelos era en serio? No lo soñé, ¿Verdad?"

Klopp, que estaba a punto de irse para mostrarle la recámara de los niños, se detuvo ante las preguntas de Arok. El médico miró a las dos personas por turno, dejó escapar una exclamación como si se hubiera dado cuenta de algo importante y preguntó:

En el jardín de rosas (Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora