Bendyke no podía soportar ni la más mínima distancia entre los dos.
Para ese momento, ya estaba hundiendo la cara en su nuca medio descubierta, con la nariz en forma de cuchilla pasando tan cerca de su arteria carótida que Arok se sintió amenazado y pensó que, si los dientes de ese hombre pudieran salir de su boca, definitivamente podría estar a punto de arrancar un pedazo de su carne en cualquier momento. Después de todo, aunque le gustaba fingir ser un caballero educado y pensante, le arrancó los botones como un animal en lugar de desabotonarlo y lamió el área hueca donde su oreja y su barbilla se encontraban. Lo tomaba y lo volteaba con la fluidez que utilizaría alguien de saber todo sobre su vida y también, las cosas que amaba y las cosas que no podía tolerar.
El chaleco se le cayó al suelo.
El dobladillo de su camisa fue arrancado con un extraño crujido, como si estuviera desgarrando el vestido de una dama noble en lugar de su traje, y a través de la tela destruida, le acarició el abdomen una y otra vez mientras parecía moverse a la par de su respiración entrecortada.
"Ah, Bendyke..."
"¿A dónde fue la persona fuerte que se quitó la ropa hace un rato y actuó como si fuera el hombre más confiado del mundo?"
"Ah, ah, no... Yo..."
Entonces le dio una nalgada "Plam", haciendo que jadeara de sorpresa a un nivel en que casi se atragantó con su propia saliva.
No queriendo aumentar la satisfacción de la otra persona con sus gemidos, Arok se mordió el labio inferior hasta sentir su sangre.
"Estás temblando tanto... Justo como un virgen que no sabe nada."
"Umm..."
"No voy a poder meter ni un solo de mis dedos en tu agujero si ahora ya estás actuando así. Lo que significa que solo tu personalidad es la de una puta".
Las palabras extremadamente vulgares se volvieron como un mazo y golpearon a Arok directo en su cabeza. De hecho, su boca se abrió en shock como si no pudiera creer que estuviera diciendo la palabra "puta" justo en su cara y entonces, notó la forma en que el hombre sonreía, estiraba sus largos dedos como una red y sostenía su rostro con la misma delicadeza que tendría de manejar una copa de vino.
"Relájate..."
La lengua lo tocó antes que sus labios. Luego, ese mismo trozo de carne entró en su boca sin hacer tanto esfuerzo, comprobó sus dientes y sus mucosas igual a si tanteara el terreno y finalmente, se aferró a su paladar para comenzar un beso que se sintió amenazador. Algo persistente y áspero, pero que tuvo un efecto profundo dentro de él.
Entonces, con la boca obstruida, vino un sonido como de silbido debido a que sus conductos nasales estaban completamente saturados. La mano que sostenía el respaldo de la silla se tensó y en lugar de cerrar los ojos, los párpados los tenía lo suficientemente entrecerrados como para ver justo lo que necesitaba sin parecer aburrido o inexperto. Luego, la sensación de un extraño y malvado bulto de carne moviéndose alrededor de paladar se mezcló con la calidez de su propia lengua y terminó en chupadas y lamidas que le devolvieron sentimientos tan espeluznantes como dulces al mismo tiempo. De hecho, tenía que decir que Bendyke era la primera persona con la que Arok había tenido un contacto tan personal desde que nació y que, aunque era una pena, su ignorancia sobre la sexualidad podía haber hecho que lo influenciara tan fácilmente como para sentirse urgido por su toque. No obstante, inexperto y todo, tenía que decir que en lo que respectaba a la forma en que besaba, lo estaba haciendo como todo un santo.