Unos días después, se celebró su muy esperada fiesta nocturna.
La suave luz de la luna, la brisa y el sonido de algunos animales pequeños, habían logrado añadir una sensación de perfección al hermoso jardín con rosas donde ahora se estaban reuniendo sus conocidos más cercanos y sus amigos íntimos. Y es que, además del vizconde de Derbyshire, los hermanos Westport y el marqués de Wolflake, había mandado invitaciones a los cien hombres y mujeres que parecían ser los más importantes del reino. No obstante, se viera donde se viera, era obvio que Bendyke no estaba allí.
Le envió una invitación a la que se le adjuntó una factura por los gastos relacionados con el banquete nocturno así que, aunque el número de invitados no era tan grande como lo esperaba, ya que se trataba del mejor banquete nocturno del mundo, era obvio suponer que los gastos serían mayores a los estándares que había aprobado para Arok. Contrató a un prestigioso director y su orquesta, decoraciones de mesa, comida, vino de la más alta calidad y muchísimos cocheros. Pero aunque la cantidad fue suficiente para hacer que lo persiguiera, llegara, tocara a su puerta y dijera una de sus muchas oraciones sarcásticas al respecto, Bendyke pareció decidir que era mejor idea quedarse en casa que irlo a ver.
Y no hacía falta decir lo decepcionado que estaba por eso.
"¡Arok, felicitaciones! Escuché que vas a tocar el violín tú mismo dentro de un rato".
"Jajaja, es correcto. Aunque la verdad, me preocupa mucho cometer algún tipo de error".
"No digas eso. Incluso si se te olvida la partitura en medio de tu solo estoy seguro de que nadie se va a dar cuenta de eso. Además, no hay manera de que pase. Eres perfecto"
Cuando su inocente primo le tomó de la mano, Arok automáticamente sonrió de la mejor forma que se le ocurrió. Le besó en la frente, expresó su agradecimiento abrazándolo un momento e incluso se permitió decir que se veía "más que fabuloso el día de hoy." Y que "le alegraba ser su familia"
No obstante, el hombre que lo estaba siguiendo como si se tratara de una maldita sombra detrás de su espalda se acercó tanto en su dirección que no pasó mucho antes de que su sonrisa se le crispara justo en los labios. Eran cercanos hasta cierto sentido así que no esperaba una respuesta cortés ni un saludo amistoso porque no eran apropiados cuando básicamente solo se paraban uno enfrente del otro y comenzaban a hablar. La cuestión ahora era que se sentía un tanto... Incómodo con esto.Y como se esperaba, todo lo que hizo la otra persona fue establecer contacto visual con esos ojos grises tan aterradores que se cargaba, y finalmente, incluso se dio el lujo de escanear los alrededores de Arok.
"No veo a Bendyke. ¿No enviaste su invitación?"
"No la envié. Adivinaste"
"No eres tan mezquino para eso y dos, hay un asiento vacío junto a ti por lo que supongo que confirmó su asistencia, pero decidió no venir. Que grosero".
"Bueno, si ya lo sabías no tenías que preguntarme para empezar."
"Es que quería escucharlo de ti."
"Ya."
De hecho, estaba un poco enojado con toda esta conversación pero, reaccionó como si nada estuviera pasando. Después de decirle a Arok que "esperaba su presentación con gusto", Rafiel hizo una reverencia y se dirigió hacia sus padres, que estaban con Ariel, y que habían decidido dar un paseo por la fuente antes de que empezara el evento. Notó que el vizconde de Westport y su esposa intercambiaron saludos con alguien más, que se iban un poco más al fondo y entonces Wolflake, que se quedó quieto y observó los rizos dorados de Arok, balanceándose en sus dedos como si fuera un gato, finalmente se dignó a abrir la boca para decir: