Dolor.
Pánico.
Llanto.¿Qué tipo de recuerdo fue tan fuerte cómo para provocarle una reacción así?
El día que se conocieron, intentó acercarse a él en el jardín de las rosas para poder hacerse un lugar en la sociedad aristócrata, pero, gracias a que había sido un increíblemente tumultuoso primer encuentro, todo se fue en picada desde allí hasta dejarlo en la ruina, sin ropa y tampoco sin comida. Sufrió de maltrato y debido a eso, tuvo problemas para trabajar y le tuvo un profundo rencor a Arok, quién no pudo ayudarlo cuando más lo necesitaba, hasta el punto en que le prometió la muerte. Más tarde, cuando volvió a entrar en la escena social, el resentimiento hacia el conde había crecido de una manera bastante interesante y entonces, cuando se encontraron de nuevo, fluyó entre los dos una corriente que le hizo replantearse toda su vida. En pocas palabras, Klopp se estaba debatiendo entre su odio por él y sus sentimientos románticos, y por eso mismo enfermó de neurosis. Cosa que explicaba el ataque de pánico que había tenido la otra vez.
"Estaba llorando por eso."
"¡Jajajaja! ¿Pero qué es eso? ¡Mira que eres más tierno de lo que pensaba!"
Si el vizconde de Derbyshire no se hubiera echado a reír después de escuchar su explicación tan detallada del asunto, se hubiera convencido de que ya tenía todo el rompecabezas armado sobre la mesa en cuanto a lo que respectaba al misterio que era "Klopp Bendyke". Obviamente se alegró de haberle mantenido en secreto los encuentros íntimos que mantuvieron en su casa antes que le mandara burlas que iban a estar disfrazadas de consejos.
El apuesto anciano se dio unas palmaditas en su gran barriga y se rió de él como si le hubiese contando un chiste. Fue vergonzoso a decir verdad.
"Bueno, es que todavía hay cosas que no logró descifrar de todo esto. Como el asunto de que Bendyke parece tener un interés muy profundo por Rafi."
"Bueno, pero la cosa allí es que Rafiel no está interesado en él en lo más mínimo. En realidad, a mí hasta me contó que no le agrada".
"¿Cómo?"
"¿¡No lo viste ese día, muchacho!? En mi casa estuvo tan increíblemente incómodo siempre que se aproximaba a él que me hice a la idea de que en definitiva no podrían existir sentimientos entre los dos ni aunque los obligara a tenerlos. Por otro lado, me pareció que Bendyke y tú realmente parecen ser buenos amigos. En hora buena".
Arok sonrió un poco ante esas palabras. Sin embargo, después de todo lo que pasó, podía decirse que no podía aceptar plenamente la opinión del vizconde como para sentirse emocionado.
"Y también, incluso si Bendyke tiene algún tipo de sentimiento por Rafiel, hay que decir que ese barco ya zarpó desde hace mucho tiempo. Wolflake ya está saliendo con tu primo y son increíblemente apasionados el uno con el otro. Además, aunque Bendyke es un gran joven, hay que admitir que Wolflake le gana en todo lo que te puedas imaginar. Belleza, posición y dinero."
Pero no estaba de acuerdo con eso. Claro, el pálido marqués de Wolflake, lleno de sofisticación pero con falta de humanidad, y de ojos fríos que no podían ver directamente la luz del sol sin lastimarse, podía parecer un partido más que maravilloso para la mayoría de las personas y, bueno, tampoco era que quisiera negar que tenía su encanto. Pero todo eso, lo que era, su cara, su gusto, su voz, era completamente simple para Arok. Y en comparación, Bendyke eran tan... Peligroso y ambicioso que estaba lleno de esa vitalidad que le hacía exudar el aroma de un Alfa y un encanto masculino que en definitiva le hacía desear que le hiciera el amor.
Sonrió un momento e inclinó la cabeza:
"Tal vez..."
"Pero me sorprende que de repente hayas empezado a hablar de Bendyke, hijo. Quiero decir, pensé que no eras de los que se metía mucho en la vida de sus empleados y mucho menos que les inventaras cuentos."