CAPÍTULO 14

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Walker delineó una vez más el tatuaje RG en su antebrazo y pronto Jane le preguntó si todo estaba bien con Rick, su madre llegó a tiempo para decirle a su hermana que no deberían hablar de eso todavía.

Walker observó la película de star wars sin prestarle ni un mínimo de atención, repasando con su pulgar RG cada pocos minutos, asegurándose de que el tatuaje siga allí y no se pierda.

Hace aproximadamente cuatro años, Walker se había tatuado las inciales de sus dos mejores amigos, con la excusa de si alguna vez se peleaban, Walker tenía prohibido olvidarse de todo lo que esos dos habían hecho por él.

Había comenzado con una absurda apuesta de Shane, la verdad sea dicha, estaban jugando al blackjack y el que pierda se tenía que tatuar algo vergonzoso en la frente, mientras el juego avanzaba Walker comenzó a cambiar las reglas de la apuesta hasta que finalmente fue las inciales de los que queden en pie.

Walker fue el primero en quedarse seco y salir de la partida, Shane al final ganó porque justo era su turno de ser casa y él siempre lograba hacer trampas que Rick ni siquiera sabía que estaban sucediendo frente a sus ojos.

El tatuaje no era nada exagerado, ni demasiado grande, en el dorso de su antebrazo las inciales RGSW se destacaban con un intenso negro, ya que Walker se aseguraba de cuidarlo bien, había tenido que repasar la RG ya que solía tocar demasiado esas inciales cada vez que estaba ansioso y pronto se comenzaban a hacer más sutiles.

—No estás viendo la película. —se quejó Jane a su lado, tirandole una de las palomitas a la cara, Walker logró atraparla en su boca y se la tragó, negándose a admitir que no estaba prestando atención.

—Cállate, Obi wan está hablando. —se quejó Walker, tirandole un pequeño puñado de palomitas al rostro.

Walker siguió distraído pensando en Rick.

Todavía recordaba su reacción al ver el tatuaje, no puedo creer que realmente lo hayas hecho, eso dura para siempre Walker, lo sabes, ¿cierto?. Walker le había contestado que una apuesta es una apuesta.

Y cada vez que estaban tirados en un escritorio lleno de papeleos o escuchando conferencias largas y Rick se aburría, Walker podía sentir como la mano de Grimes se desviaba hasta su tatuaje y comenzaba a acariciar y delinear distraídamente letra por letra.

Esos eran los mejores días para Walker en la oficina, ahora los extrañaba demasiado.

Los días comenzaron a pasar rápidamente en su casa, la tranquilidad que en casa de Rick no había.

No gritos de Lori.

No gritos de Shane.

No un inquieto Carl moviéndose a mil millas por minuto.

A Walker no le molestaba la última pero sí lo cansaba de sobremanera.

Y además, estando allí Carl siempre lo miraba con esa lástima infantil que solo un niño de diez años podría darle.

Como si no fuera tan malo para Carl pero si para Walker el que Rick esté todavía en coma.

Walker se alegraba de no tener esas miradas de lástima en su familia, aún cuando extrañaba muchísimo a Carl.

Se aseguraba de llamarlo todas las noches justo antes de cenar, en dónde Carl le contaba cómo había sido todo su día y lo mucho que lo extrañaba.

Después le pasaba el teléfono a Shane y este le explicaba cómo todo era un desastre en la estación, lo estresado que estaba y lo bien que Walker había hecho en pedirse unos días fuera.

Shane sufría el estado en el que se encontraba Rick, él también lo extrañaba al igual que Walker y aún así no se había pedido ningunas vacaciones para intentar tragarse la idea del estado de su mejor amigo, no.

Shane trabajó el doble para encargarse de su puesto y el de Rick, se quedó cerca de su familia para darle una mano a Lori en lo que necesite y cuidó a Carl como un sobrino aún cuándo Shane no era ni padrino ni familiar, Shane se quedó y Walker lo agradecía, porque sabía que él no podría haber hecho todo lo que Shane hacía por la familia Grimes.

Walker no era tan fuerte como Shane.

Jamás lo sería, solo era el tercero, el tipo loco y descontrolado con problemas de ira que huiría a la primera amenaza, que daría media vuelta a gritar y golpear algo porque no podía soportar lo difícil que el panorama se veía para todos ellos.

Esa tarde su hermana había tenido un ataque de asma y fue llavada al hospital, Walker tampoco había tenido el valor para ir.

Desde Rick odiaba los hospitales.

Todo era malas noticias y estados de comas.

Walker sabía que tendría que ir pronto a ver a Jane, ya que tuvieron que internarla para que pase la noche allí en dónde podrían asegurarse de que esté bien y que no se repita o se vuelva un ataque de algún otro tipo, como los de Alice.

Los Gray no tenían la mejor de las suertes.

LET ME GET WHAT I WANT ✧  Rick GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora