CAPÍTULO 11

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Cuando Walker se enojaba, perdía la noción del tiempo, cuando regresó en sí ya se encontraba en el hospital.

Shane a su lado abrazándolo por el costado ambos sentados en los asientos que dirigían a la sala de operaciones, Walker notó que su mirada no se apartaba de la puerta.

Rick está allí, Rick está allí.

Dijeron que eran dos...

Solo dos sospechosos.

Debían ser dos, no tres, dos...

—¿Ri-Rick? ¿Cómo está... cómo está él? —preguntó Walker, su voz quebradiza y un poco afónica por todos los gritos que había pegado.

—Lo están operando, cuando terminen una enfermera dijo que iba a venir a verte esas manos. —dijo Shane intentando estar lo más calmado posible—. Tengo que ir a avisarle a Lori, pero no puedo dejarte sabiendo que en el momento en el que te suelte, intentaras entrar en aquélla sala, amenzando personas y exigiendo ver a Rick aún sabiendo que no puedes hacerlo.

—Él... necesito verlo, necesito ver a Rick. —respondió Walker tardíamente, el pensamiento de ver a Rick ahora tan presente en su mente.

No me animé a verlo antes, necesito verlo ahora, ¿cómo está él? Está allí adentro, debería ir a verlo.

Walker intentó ponerse de pie pero Shane fue más rápido y lo sostuvo más fuerte por los hombros, animandolo a quedarse allí sentado.

Walker observó sus manos, ambas vendadas con alguna clase de tela que ahora se encontraba ensangrentada.

—Mírame, mírame. —pidió Shane pero Walker simplemente negó con la cabeza, sus ojos aún fijos en sus manos hasta que sintió como Shane tomaba su barbilla con su pulgar e índice, para que girar su rostro y que Walker lo mire.

Los ojos de Shane se encontraban inyectados de sangre como si hubiera estado mucho tiempo llorando, Walker se preguntó cuánto tiempo había pasado desde que le dispararon a Rick.

—Tienes que prometerme que te calmaras, prometelo. De otro modo no te soltaré y nos quedaremos ambos aquí, y ni Lori ni Carl podrán saber lo que le está pasando a Rick. Sé que te importa una mierda Lori, pero dime ¿Realmente quieres evitar que Carl se enteré de lo que le sucede a su padre? — preguntó Shane sabiendo que con la simple mención de Carl, Walker había logrado ser convencido.

El punto más débil de Walker, mucho más que el mismo Rick, fue Carl, el niño más adorable y dulce que Walker había conocido jamás. El hijo del amor de su vida y lo más preciado que Walker jamás había logrado conseguir en su vida.

Walker asintió en silencio a las palabras de Shane, pero Shane aún conforme, no lo soltó.

—Esta bien, lo prometo. —dijo al fin Walker, sintiendo como el agarre de Shane se suavizaba y cómo lo soltó con cuidado.

Como cuando sacas a pasear a un perro y sueltas la correa muy lentamente, esperando que no salga corriendo como tenían tantas ganas de hacer.

Walker quería correr, pero bajó la mirada y se entretuvo mirando la tela que cubría sus manos.

—No tardaré mucho, no te muevas de aquí. —pidió Shane, sin tardar en marcharse del hospital.

Walker contó exactamente cinco minutos, hasta asegurarse de que Shane este subido en la patrulla y yendo a buscar a Carl.

Pasados los cinco minutos, Walker se puso de pie y siguió el mismo camino de Shane, saliendo del hospital.

Si no puedo entrar y ver a Rick bien puedo salir e ir a matar al maldito imbécil que dijo que eran solo dos sospechosos.

Intentó mover sus manos, solo una de ellas respondió pero poco podía importarle, al menos su dedo índice se encontraba lo suficientemente funcional como para apretar el gatillo. Se alegraba de tener aún su propia python en su cinturón.

Walker no sabía que tan irracional estaba siendo, pero se merecía poder serlo, le habían disparado al amor se su vida.

Cuando Walker comenzó a caminar por las calles sintió como las personas seguían sus propios caminos, sin prestarle ni el más mínimo de atención y hasta chocandolo de vez en cuando.

Walker apretó los dientes, y se contuvo, su mano seguía sobre su cinturón, cerca del arma.

El arriesgaba su vida todos los días para proteger a un montón de imbéciles que lo chocaban y ni siquiera se detenían a pedirle perdón, esa era la vida de Walker.

Ni que fuera un maldito policia corrupto para que me empujen en la puta calle. Pensó.

Bueno, Walker recordó al mafioso que amenazó a su familia de muerte hace unos cuantos años, Walker había logrado arrestar al hijo de puta tiempo después por un mínimo problema que logró inventarse, Walker no se consideró que ese trato era corrupción, después de todo las armas jamás le fueron entregadas al tipo y seguían guardadas en la caja de seguridad de Walker.

Suspiró, apartándose de la cabeza palabras como corrupción y robo, él ya pagó por ello, pagaba cada vez que veía al amor de su vida besando a otra persona, era un karma que lo seguiría para recordarle que hey, hiciste algo mal cierto...? pues ten esto.

Walker apretó su mano con fuerza sobre el cinturón, doblando en la siguiente esquina y sabiéndose ya todo el camino de memoria.

Una vez Walker le había pedido a Shane que lo deje varado en el medio de la nada para ver si él lograba orientarse por todo el pueblo hasta la comisaría, varías semanas hacían eso y Walker lo lograba cada vez.

Ya para ese entonces Walker conocía el pueblo como a la palma de su mano.

Los sospechosos son dos hombres.

Dijeron que eran solo dos...

Dobló una vez más y se encontró de lleno con el auto patrulla de Shane, lo cuál lo hizo detenerse en seco.

Había tomado el camino que pasaba por la secundaria de Carl.

Tan acostumbrado Walker estaba por ir a buscarlo que tomó inconscientemente esa ruta de entre todas las que conocía.

Shane lo estaba mirando, parado frente al auto, Walker suspiró y finalmente terminó por acercarse hasta él.

LET ME GET WHAT I WANT ✧  Rick GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora