Capítulo IV: Ruta Genocida

57 4 4
                                    


En la oscura y desolada ruta genocida, el humano avanzaba con determinación hacia su inevitable confrontación. El aire pesado estaba impregnado de un aura sombría mientras se adentraba en el corazón del caos. Los ecos de pasos resonaban en el silencio, anunciando la llegada de la batalla final.

El camino estaba sembrado de las consecuencias de sus acciones, con enemigos derrotados y aliados caídos. La tierra misma parecía retorcerse en disgusto ante la presencia del genocida, cuyo poder crecía con cada vida segada. El cielo, ennegrecido por la maldad, presagiaba el desenlace inminente.

En lo más profundo de la penumbra, se reveló al enemigo final, una encarnación de la malevolencia que se cernía sobre el mundo. La confrontación fue como un choque de fuerzas titánicas, con ataques desgarradores y magia corrupta que teñía el campo de batalla.

Las almas perdidas de aquellos que habían caído a lo largo del viaje se alzaban como espectros, testigos silenciosos de la tragedia que se desarrollaba. El protagonista, consumido por la sed de poder, luchaba no solo contra su enemigo, sino también contra la sombra de su propia depravación.

Cada golpe resonaba como un eco en el abismo, y el destino del mundo pendía de un hilo. En ese momento, se reveló si la redención era posible o si la ruta genocida sellaría su destino en la eternidad oscura.

Sans: Sé que...por más que lo intente, tu no cambiarás, por eso he decidido que estaremos aquí hasta que...¿Te rindas?

Con lo último que le quedaba de energía el esqueleto sonriente mantuvo en el suelo al humano.

Chara:....

Sans: Ya no hay nada para ti aquí compañero. Ya no hay objetivo, recompensa o poder que quieras...

Chara:....

Sans: Nos haces sufrir por el solo hecho de que puedes hacerlo, a pesar de tener lo que buscas tu solo....tu....zzzzzzzzz~...

El agotado esqueleto perezoso se dejó caer frente a su enemigo, rendido y fatigado. Sin fuerzas, liberó a su adversario de cualquier amenaza. El jugador, tomando su arma, se aproximó con cautela al esqueleto. Con determinación y rapidez, se abalanzó sobre él.

Sans despertó justo a tiempo, aunque ya poco importaba. Esta escena se había repetido incontables veces, y Sans había luchado durante mucho tiempo. Intentó persuadirlo, trató de vencerlo, pero nada parecía funcionar.

Ahora, ya no le importaba el desenlace que eligiera, solo ansiaba descansar. Finalmente, se rindió, aceptando resignado su destino.

 Finalmente, se rindió, aceptando resignado su destino

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sans: Kgh...¿Uhm?

El ataque que acabaría con su vida nunca llegó y al abrir sus ojos se encontró con una figura que nunca antes había visto.

What-if? UNDERTALE [Finales Alternativos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora