By Bill
Pasaron apenas dos días y ya había un conflicto en la empresa.
Al parecer un sapo ruso, inquirió un juego de pendientes y collar de rubíes, cuando hacen la primer compra, se les regala un anillo de DIA-MAN-TES y en el contrato de compra lo dice claro ,en letras geandes y negritas.
–Tan sólo díganle que léa el contrato. –hablaba Tom, al teléfono de la Oficina. –escúchame bien, linda. No lo diré una vez más, ¡El pidió UN CONJUNTO DE PENDIENTE Y COLLAR DE RUBÍES y por ser su primer compra , se les obsequia un anillo DE DIAMANTES no igual al tipo de joyería que compra!
Con eso colgó el teléfono.
–Tom.
–¡QUE!–me grito... ¡¿ME GRITO?! –L-lo ciento, No quería...
–lo se.
–perdóname ¿si?
Yo me encontraba parado a su lado.
El voltea la silla giratoria a mi dirección, me quita la tableta de las manos y me abraza por la cintura asercandome más a el. Recarga su cabeza en mi pelvis y da un largo suspiro.
–es solo que... – separa su cabeza y me da un beso debajo de mi ombligito. –Esto me estresa. Por eso prefiero el trabajo en casa.
–malo.
Dije aún resentido. ¿Quien se sentía este tio para gritarme?
Levanto mi camisa negra con sus manos y metió su cabeza en esta dándome pequeños besito y mordiditas.
–bién , te perdono. –Dije con una sonrisa traicionera. –bien, lo que te quería decir, es que ya ordene los informes y arregle el contrato con el señor Biersack.
–mmm.– ronroneo y fue bajando sus manos a mi espalda baja. –Quiero arreglar un contrato, pero con mi lindo Secretario.
–sip. no lo creo, estamos en tu Oficina.
–exacto, y lo que no entiendo es ¿por que no estas desnudandote arriba de mi escritorio para mi?
–no lo creo amor.
–amo que me digas amor.
–mmm
–pero odio que seas tan... Virgen, aun lo pareces. Si eso, un Virgen muy tímido.
–¿disculpa?
Dije con un tono de indignación.
–traeme un café , llindo ¿si?
cuando me di la vuelta para ir a traer el café, me dio un nalgada.
–deja mi trasero en paz.
–¿que dices?... ¡Tu culo es mío!
Cerré la puerta de un portazo y cuando mire al frente, todos me miraban. Sentí , no sólo mi cara. Sino, todo mi cuerpo arder de la vergüenza.
–¡¿ y ustedes que miran?! Bola de pacotillas.
Y todos se volvieron a su trabajo.
–¿por que te regaño kaulitz? –pregunta Sofía. Seguro pensaran que me regaño. –Trümper es muy especial. Pero si le agarras el modo, todo es más fácil.
–si... Sofi, te dejo. Iré por café.
Y sin esperar respuesta, me encamine a la cafetería.
By Tom
Es realmente lindo estas pequeñas discusiones en pareja.