Luthor's Assassin [ᴛʀᴀᴅᴜᴄᴄɪᴏɴ]

Pesadilla

...

Advertencia de sangre ⚠

"Bienvenido de nuevo, aprendiz."

Dick se estremeció ante la voz fría, calculadora y completamente en control. Se giró y se encontró cara a cara con la máscara naranja de su maestro.

"Sl-Maestro", saludó, instintivamente dando un paso atrás y mirando a su alrededor. No podía ver nada más que a Slade, el resto de la habitación estaba completamente a oscuras. Entrecerró los ojos: ¿cómo había llegado hasta aquí? ¿Que esta pasando?

Slade dio un paso adelante y agarró la mandíbula de Dick con brusquedad, forzando el contacto visual. Su único ojo brillaba ferozmente.

"Me alegro mucho de que hayas regresado, Renegade", dijo. "Tengo un último trabajo para ti".

Dick lo miró sin comprender, todavía tratando de descubrir cómo diablos había regresado a Deathstroke. Slade lo agarró del cabello y tiró de él, de modo que miraba en la dirección opuesta, mirando un bulto amarillo y rojo en el suelo.

Espera... ¿Wally?

El velocista yacía en el suelo frente a ellos, con los brazos y las piernas fuertemente atados y una mordaza le impedía hablar. Sin embargo, sus ojos verdes miraron suplicantes a Dick y, a pesar de la expresión valiente que intentaba mantener, Dick pudo ver un miedo mal disimulado en esos orbes esmeralda.

"Mátalo."

Dick jadeó y se soltó del alcance de Slade, girando y enfrentándose al mercenario. Slade lo miraba con una mirada gélida, ignorando la mirada horrorizada de Dick.

"Ya me escuchaste, aprendiz. Mátalo ", repitió Deathstroke, y de repente algo frío y metálico fue presionado en las manos de Dick; miró hacia abajo para ver su katana. Lentamente levantó la mirada y miró a Slade, luego a Wally y luego a la espada.

La mirada de Deathstroke se intensificó.

"Mata al velocista", ordenó, y Dick se estremeció ante su tono, automáticamente tropezando hacia donde estaba atado Wally, pero luego se quedó helado, ¿qué estaba haciendo? ¡No había manera de que matara a uno de sus únicos amigos! Dio un paso atrás y miró fijamente al velocista que tenía delante, y de repente se topó con Slade, que se había acercado detrás de él.

"Yo... yo...", tartamudeó Dick, mirando al hombre con horror y tratando desesperadamente de pensar en algo para salvar a su amigo... ¡algo, cualquier cosa!

"Hazlo", gruñó Slade. "Última oportunidad."

Dick miró fijamente a Wally y luego a la espada que tenía en las manos. Dejó que se le escapara de las manos y cayera ruidosamente al suelo.

"No puedo", susurró.

"¿No puedes?" Slade gruñó suavemente, peligrosamente suave. "¿Qué quieres decir con que no puedes?" La ira irradiaba de él en oleadas y Dick temblaba ligeramente.

"No puedo matarlo... es mi amigo".

Slade gruñó y agarró la espada del suelo, agarrándola con fuerza en su puño.