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Despertó, cubierto de sudor a pesar del frío en el ambiente y tratando de librarse de una fuerte presión en su cuello, sentía que estaba siendo asfixiado cruelmente por unas manos que conocía más que bien.

Sus ojos bien abiertos volvieron a divisar esa sonrisa que odiaba con todo su ser, mientras seguía luchando contra él. Era muy extraño porque no podía tocarlo, sus manos traspasaron su cuerpo como si fuera un holograma, pero podía sentir su peso sobre él.

Muy real.

— ¡Suéltame! — gritó con la voz estrangulada, pateando a lo que pareciera ser la nada — Jungkook — su voz se volvió ligeramente aguda, sintiendo la desesperación de quedarse sin aire lentamente.

— Tú vendrás conmigo — escuchó que le susurró al oído e incluso sintió que le dejó un beso en la mejilla.

— ¡NO! — gritó con el último aliento que le quedaba.

Sus brazos cayeron a su lado y dejó de patear.

Y se rindió.

Unos toques en la puerta lo despertaron de verdad. Se sentó en la cama con el corazón acelerado, llevándose la mano al pecho, nunca se había sentido tan desesperado y desprotegido en su vida.

Los toques fueron cada vez más insistentes, entonces se levantó para abrir.

— ¿Está bien señor Min? Estaba gritando hace un momento — la misma chica que lo había recibido le dijo, a juzgar por su mirada, estaba preocupada.

— Lo siento, tuve una pesadilla... ¿Qué hora es? — preguntó para desviar el tema.

— Son las siete y media de la mañana, venía para informarle que el checkout es a las diez — su tono volvió a ser tranquilo.

— Gracias — ella asintió y se dio la vuelta, marchándose rápidamente.

Volvió a entrar a la habitación cerrando la puerta con un suspiro incrédulo. Se llevó la mano al cuello bajo el suéter, aún le dolía, lo cual le recordaba con crueldad que eso no había sido una simple pesadilla.

Entró al baño, tenía tiempo de asearse antes de seguir conduciendo.

Sin embargo, jadeó de la impresión cuando al quitarse el suéter negro que tenía puesto la marca roja, casi morada de unos dedos adornaba su cuello. Si necesitaba la doble confirmación de que las cosas no estaban en su imaginación, allí la tenía.

Terminó de desvestirse y se duchó lo más rápido que le fue posible, desesperado por irse de ese lugar, aunque en el fondo sabía que donde quiera que fuera sería la misma historia. No podía sacarse de la cabeza las palabras que había escuchado del que seguía siendo su marido mientras se vestía con un cambio de ropa limpia.

Tú vendrás conmigo.

¿Pensaba matarlo?

De solo pensarlo le entraban escalofríos, ni siquiera pensaba que algo así podría pasar, pero en las últimas semanas había aprendido que cualquier cosa era posible a este punto y eso no hacía más que llenarlo de miedo. Fue muy iluso al pensar que Taehyung lo había salvado del infierno de vida que tenían él y sus hijos.

Lo había condenado.

[...]

No sabía con qué energías, pero estaba conduciendo nuevamente hacia Suan-dong intentando no pensar de más en lo que le había sucedido hace unas horas. Sin embargo, el hecho de sentir que era vigilado no lo dejaba olvidarlo del todo.

Había hablado con Taehyung mientras desayunaba lo que le habían ofrecido de cortesía en el hostal para saber cómo estaban sus hijos. Él le había dicho que Jaesang no había dejado de preguntarle cuándo volvería en el camino a la escuela y que Jihyun irónicamente también se había despertado llorando, como si hubiera tenido alguna pesadilla. Eso no lo dejaba mucho más tranquilo, pero tenía que resignarse a intentar resolver ese desastre a como diera lugar.

Si es que podía resolverse algo.

Lo único que le dio un poco de esperanza fue que Maya le había enviado una dirección diciéndole que allí tenía un nieto que según era experto en esos temas y que le ayudaría. Ofreció pagarle más de una vez por lo mucho que estaba haciendo pero ella se negó diciendo que era simplemente una vocación para ella el ayudar a otras personas desinteresadamente.

Según el GPS ya sólo le quedaban treinta minutos de camino, lo cual hizo que se relajara un poco más, tal vez las cosas podrían dejar de empeorar a partir de ese momento.









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Living Nigthmare | JimSuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora