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-Necesitamos provisiones

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-Necesitamos provisiones. Y encontrar un vehículo para salir de aquí -empezó a enumerar apenas fui consciente de mi despertar. Asentí con cansancio, recostándome contra la cama de vuelta, tampoco es como si quisiera estar allí, soportando tanto dolor, y sin saber del todo lo que me depararía. 

-Sería más fácil si me dejaras contactar a los Vengadores. Pueden extraernos en minutos...

-No. -Su respuesta fue tajante, sin margen para discusión-. Nadie puede saber que estás conmigo.

Suspiré con frustración. Iba a ser una larga y complicada huida si se empeñaba en hacerlo todo solo.

-Está bien, lo entiendo. Esperaré aquí hasta que regreses. Solo...ten cuidado, ¿de acuerdo?

Su expresión se suavizó levemente y asintió. Sabía que solo estaba tratando de protegerme a su manera. Aunque seguía manteniendo cierta aura de presión sobre él. ¿Será por la conexión? Me levanté de la cama, y terminé por acomodarme junto a la chimenea, armándome de paciencia. Podía soportar este escondite temporal si eso significaba mantenerlo a salvo.

Él se dirigió a la puerta, pero se detuvo un momento como si fuera a decir algo más. Finalmente solo sacudió la cabeza y salió sin mirar atrás.

Las horas pasaron con dolorosa lentitud mientras aguardaba su regreso. Para mantener la mente ocupada, me dediqué a revisar la pequeña cabaña en busca de algo que pudiera usar para fabricar un comunicador improvisado. Pero el lugar estaba prácticamente vacío, sin rastros de tecnología útil.

Cuando la desesperanza amenazaba con embargarme. El resplandor anaranjado ayudó a mitigar el frío glacial que se colaba hasta los huesos.

Me acurruqué envuelto en una vieja manta junto a las brasas, observando las llamas danzarinas. Inevitablemente, mis pensamientos derivaron al súper soldado fugitivo que ahora compartía mi destino.

Apenas unas semanas atrás era un perfecto desconocido enviado para matarme sin miramientos. Y ahora se había convertido en un protector dispuesto a desafiar a sus amos con tal de mantenerme vivo. Nada tenía sentido sobre lo nuestro, y sin embargo una fuerza que no comprendía parecía empujarme hacia él como un imán...

El sonido metálico de la puerta al abrirse me sobresaltó, haciéndome girar esperanzado. Una alta silueta completamente vestida de negro se recortó contra la noche, cargando dos grandes bolsas repletas. El alivio que sentí fue tan grande que tuve que contener las ganas de correr a abrazarlo ahí mismo. En su lugar me puse trabajosamente de pie, acercándome a ayudarlo con su carga.

-Hey, estás de vuelta...-sonreí aliviado-. Te tardaste tanto que comenzaba a creer que te habían atrapado o algo...

Negó con la cabeza mientras depositaba las bolsas sobre la mesa con un peso considerable.

-Los esquivé. Conseguí suficientes suministros para unos cuantos días.

Asentí complacido, revisando el contenido. Había desde alimentos enlatados hasta una pequeña cocinilla de gas portátil y varios galones de agua potable. Incluso trajó una caja mediana con algo que parecían elementos médicos básicos.

Cuando el reloj se detiene; WinterIronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora