Un Reino de Llamas y Placer

17

Capitulo 17.

Merlín

Cepillo mi cabello escuchando el suave canto de las aves por la mañana, escucho los pasos de mamá en la planta baja y el delicioso aroma de la comida. Acomodo mi cabello antes de apartar mis ojos del espejo del tocador, tomo la caja larga de regalo que se encuentra sobre ella y me siento al lado de Ryder. Escucho los ronroneos de su parte, toco los mechones de su cabello con cuidado porque no quiero despertarlo y todavía hay una parte dentro de mí ofendida por dejarme congelada en la bañera, pero aquí estoy con un regalo para pedirle perdón a una pelea que no puede ser nada catalogada como pelea, pero como mencioné, aquí estoy.

Escucho los golpes de mamá en la puerta como anuncio de que el desayuno está listo y debemos bajar antes de que tumbe la puerta, como usualmente hace con Ciprián por no levantarse cuando ella le ordena respetando su privacidad como hijo, pero reafirmando su posición como madre al tumbarle la puerta de un golpe.

—Ryder, tu carne del desayuno ya está lista. —le digo tocando su hombro para despertarlo.

Me da una mala mirada mientras se pone de pie y me pasa de largo entrando al baño, se escucha él tuvo y como se lava los dientes. Después sale haciéndome mala cara.

Suspiro girando los ojos y dejo la caja del regalo sobre la cama antes de seguirlo fuera de la habitación hacia el comedor. Lo que necesito es una fuerte dosis de café para rellenar la batería de paciencia que usualmente cargo conmigo día a día.

—Buenos días. —musita Ryder con voz ronca mirando a los demás.

Aarik, Lys y mamá son los únicos que le responden alegremente el saludo al chico cuando se sienta en la mesa. Papá seguro tuvo que salir a dejar su declaración de lo sucedido con algún ángel enviado por Metatron a tempranas horas de la mañana, estamos hablando de la amatista y es un asunto serio para él. Tomo la taza de café que mamá me ha servido y me siento en el sofá donde Ciprián duerme plácidamente, tanto que no nota cuando tomo sus piernas para dejarlas sobre las mías.

—Ayer no tuve la oportunidad de agradecerte por salvar a mi marido Ryder, pero estoy muy agradecida por rescatarlo de una muerte inminente. —dice mamá mirando al chico con gran agradecimiento.

—No fue nada, lo hice por Merlín. —responde dándole un sorbo a su café, sigue sin mirarme.

Bufo girando los ojos. A la misma Merlín que dejo congelada por horas en la bañera porque sigo sin controlar los hechizos de fuego.

—Igualmente, estamos muy agradecidos contigo. —asegura mamá.

Ryder le sonríe. Un fuerte sonido resuena en la habitación y el archimago saca el comunicador de su bolsillo haciendo una mueca, estira el pie y patea a Ciprián.

— Es para ti.

Ciprián estira la mano sin abrir los ojos y toma el objeto, como si dentro de sus sueños su fantasmal consejero fuera el que le avisa de la llamada y presiona el botón.

—¿Diga? —responde con su voz grave por todavía seguir dormitando.

— ¡Tienes que ayudarme por favor, no sé qué hacer! —solloza la voz de Undine.

Mi hermano abre los ojos parpadeando confundido, mira a Ryder, luego el comunicador con la imagen de Undine llorando y luego mira la nada cuestionándose grandes cosas.

—¿No necesitas a Ryder? —cuestiona soltando un fuerte bostezo.

Undine llora más fuerte.

— ¿¡Porqué eres tú?! ¡Ryder! ¡Ryder! Tienen que volver algo le pasa a Stormy, lleva horas gritando y no encuentro ninguna herida. Me voy a volver loca, y tu deja de bostezar dale el comunicador a Ryder, eres un insensible y cruel. —llora viendo a Ciprián bostezar.