Un Reino de Llamas y Placer

16

Capitulo 16. 

Dos días después el padre de Merlín, Onix, me invita a que lo acompañe a las minas así que acepto un poco a regañadientes. Todavía no me siento totalmente cómodo cerca del hombre, no estoy acostumbrado a que el padre de alguien sea amable conmigo.

Undine ha llamado todos los días sin importar dónde esté y que esté haciendo. ¿No puede simplemente pedirle ayuda a Rosé y dejarme descansar tranquilamente?

— No Ryder, te digo que no encuentro los papeles del Señor Rondalts.

Gruño, los hermanos y el padre caminan a mi lado, el último en especial lanzando miradas curiosas a la pequeña imagen de la genio en mi comunicador.

—Deben de estar en la estantería al lado derecho en mi oficina, los deje ahí.

Undine bufa harta. Hay ojeras marcadas debajo de sus ojos y su humor es el peor.

— ¡No están! Desaparecieron... ¿y tú que miras pajarraco? —le gruñe furiosa al ángel pelinegro cuando mira la pantalla.

El ángel solo suelta una suave risa antes de girar el rostro y mirar a su alrededor.

—Busca con atención Undine, ahí estaban.

— ¡Que no! Y tú Cipriano, deja de burlarte. —la imagen desaparece un momento y luego tengo una buena vista del trasero de la genio mientras trata de buscar en el archivador los papeles. Aparto la mirada. — ¡No están! ¡Ay! Mierda... —lloriquea, la veo caerse de culo al suelo.

— ¿Quieres dejar de humillarte frente a tu amor imposible? — me burlo.

— ¿¡Quién es mi amor imposible!? ¡No tengo tal cosa! —chilla, su trasero vuelve a estar en la pantalla.

— ¿Estás haciendo esto al propio? ¿Es que quieres darme a mí una visión de tu trasero o lo haces para que tu amado lo vea? —miro a Onix un poco apenado. —Ella no es usualmente así, pero ya sabe su hijo la trae loquita.

— ¡Qué no!

—No pasa nada, la chica es agradable —asegura él restándole importancia—, pero cuando estemos acercándonos a las minas no vas a tener señal.

Sonrío aliviado. Al fin una forma de sacarme a la genio de encima.

— Ya lo escuchaste Undine. Mira, ya llegamos.

Undine se para rápido de la estantería y flota rápidamente hasta el comunicador que estaba mal colocado.

— ¡Nooo! Ryder, tienes que ayudarme. Después de esto tengo una reunión horrible y no sé cómo hacerlo, no puedes dejarme. No se usar ni siquiera este aparato, tienes que volver. Soy una genio, concedo deseos y hago travesuras, no dirijo un reino... ¡Es un continente! No puedo hacerlo, me voy a volver loca. ¡Deja de burlarte Ciprián! Te odio, maldito ángel. —se queja entre lloriqueos.

Ruedo los ojos.

— ¡Llegamos Undine, adiós!

— ¡No! Ry...

Corto la llamada suspirando aliviado. Miro a los otros con una sonrisa.

— ¿No es encantadora?

—Me recuerda a Electra. —comenta Aarik.

— ¿La niña de cabello lavanda? —pregunto tratando de recordar, una cara regordeta y mejillas rosadas vienen a mi cabeza.

—La misma.